E. F. / Agencias

Oviedo / Madrid,

El abandono de la terna redactora de la ponencia política del PP por parte de la líder popular vasca, María San Gil, continuó levantando ayer una densa polvareda, precisamente en el día en el que se presentaba en público la ponencia y en el que los otros dos ponentes aseguraban que San Gil aprueba al cien por ciento el texto. Conocido el tenor del documento (ver en esta página), queda claro que no presenta, en su redacción final, ningún cambio sobre las posiciones mantenidas por el PP en los últimos cuatro años frente al nacionalismo.

En esas condiciones, analistas y personas vinculadas al PP expresaron ayer su convencimiento de que San Gil decidió abandonar cuando vio que se querían tender puentes con los nacionalistas. Su posición de firmeza impidió finalmente que los cambios, atribuidos al «nuevo espíritu» de Rajoy, se incorporaran al documento. Con todo, insisten las fuentes, San Gil no se fía de que el líder del PP vaya a aplicar lo escrito y no lo que tenía en mente.

De entre las decenas de intervenciones suscitadas ayer, algunas resultan muy ilustrativas sobre lo fundado de esta interpretación. Así, informa «Efe», el portavoz del PP en el Parlamento europeo, Jaime Mayor Oreja, gran valedor y amigo personal de San Gil desde hace años, afirmó que ésta abandonó la redacción de la ponencia al considerar que «había una idea de modificar sustancialmente su posición». Mayor insistió en que San Gil «no sabe mentir» y aseguró que quienes afirman que no tenía motivos para marcharse «no están diciendo la verdad». El ex ministro del Interior destacó que lo importante no es la «literalidad de una ponencia», sino «la verdad de las personas» y llamó a no entrar «en la carrera de quién miente mejor».

Una precisión importante respecto a esta argumentación la introdujo por la tarde el fundador del PP, Manuel Fraga: «El texto que se ha aprobado es el que ella quería. Si ella ha querido además demostrar que no se fía, es asunto distinto, pero yo lamento muchísimo esta situación», aseguró en declaraciones recogidas por «Europa Press».

Las intervenciones del presidente del PP, Mariano Rajoy, ayudan a completar el cuadro, una vez que se sabe que tanto él como personas de su confianza llevan desde el domingo intentando sin éxito que San Gil dé marcha atrás. Rajoy advirtió ayer que no va a cambiar su estrategia de los últimos años, pero precisó que, en todo caso, las estrategias «se hacen», no se escriben ni se cuentan. Además advirtió de que no quiere «líos», auguró mayores dificultades ante el congreso de junio y aconsejó a sus fieles que no hagan comentarios.