Más de 3.000 personas de los municipios de Turre y Mojácar (Almería) tuvieron que ser desalojadas de sus casas el jueves por la noche debido al incendio que ya arrasa unas 3.000 hectáreas de Sierra Cabrera. Anoche el fuego se encontraba estabilizado y los desalojados comenzaron a regresar a sus hogares. La ola de incendios se cobró además una novena víctima mortal, al fallecer uno de los bomberos heridos el martes en Horta (Tarragona), elevando a cinco el número de operarios muertos en ese foco.

A las diez de la mañana, el dispositivo de Prevención y Extinción de Incendios en Andalucía anunció que tanto el foco de Abla como los de Turre y Mojácar estaban «estabilizados». Estos dos fuegos obligaron a desalojar de sus viviendas a más de 3.000 personas que fueron realojadas en los municipios vecinos de Garrucha, Vera, Carboneras y Cuevas de Almanzora.

Dieciséis medios aéreos participaban desde las primeras horas de la mañana en las labores de extinción de estos fuegos, mientras que en tierra más de un centenar de especialistas trabajan con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias, de bomberos locales y de un contingente de 35 voluntarios de la Cruz Roja desplazados desde Águilas y Cartagena (Murcia).

No obstante, la jornada de ayer presentaba unas condiciones climatológicas adversas para las tareas de extinción, con temperaturas que superaban los 45 grados, humedad relativa por debajo del diez por ciento y un viento poniente y cambiante con bastante intensidad durante la tarde. Mientras, los 3.000 vecinos de Mojácar, desalojados el jueves por la noche, comenzaron a volver a sus casas a última hora de la tarde.

En Tarragona, el incendio de Horta de Sant Joan, que en la mañana de ayer ya pudo ser controlado tras haber quemado más de 1.140 hectáreas, se cobró su quinta víctima mortal, al fallecer uno de los dos bomberos que el martes quedaron heridos muy graves. El quinto bombero fallecido, que elevó la cifra de muertes por los incendios de este año a nueve, es Pau Costa, de 31 años. Costa estaba afectado por quemaduras de segundo y tercer grado en el 50 por ciento del cuerpo y una lesión pulmonar debida al humo.

Dicho fuego, calificado por el alcalde de Horta como «un infierno», fue originado por un rayo que cayó el 14 de julio y prendió en la hojarasca, donde se mantuvo como mecha seis días, hasta que el viento, el calor y la sequedad favorecieron su rápida propagación el lunes.