Madrid / Oviedo

El vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo del Rosal (PP), cedió ayer a las presiones de la dirección nacional de su partido y admitió quedarse sin saber quién le espió y por qué lo hizo. Cobo reiteró el recurso contra el auto que decretó el sobreseimiento provisional de la instrucción judicial sobre el espionaje que sufrió, presuntamente por agentes del Gobierno de Esperanza Aguirre.

La decisión de Cobo se produjo a pesar de que el «número dos» del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, enfrentado a Aguirre desde hace años, calificaba en su recurso como «palmario que aún» quedaban «más pruebas que practicar» para determinar si hubo un presunto delito de malversación de fondos públicos en la operación.

En una entrevista que le valió una sanción de un año sin militancia, Cobó aseguró meses atrás que la Comunidad de Madrid había montado «una gestapillo» para espiarle y añadía que «ojalá en este procedimiento, aun sabiendo las dificultades que tiene, sepamos quién lo hizo». Con todo, y pese a la renuncia de Cobo, el Partido Socialista de Madrid también ha recurrido el auto tras personarse en el caso como acusación particular.

Mientras, el PP ha vuelto a recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid el auto en el que el magistrado instructor del «caso Gürtel», Antonio Pedreira, se inhibió de parte de la causa en favor del Tribunal Superior de Valencia al considerar que se trata de una decisión infundada y «precipitada». Con el recurso, el PP pretende desligar los casos que afectan al presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y a parte de los miembros de su Gobierno de la propia «trama Gürtel», centrada en la Comunidad de Madrid.

Por otra parte, el secretario de Organización del PSC-PSOE, Julio Cruz, declaró a «Efe» que es «asombroso» que el presidente del PP de Canarias, José Manuel Soria, haya declarado que fue un error que los populares del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife pasasen a las arcas públicas una factura por la compra de bragas, gafas de sol y corbatas.