El mal resultado del PP en las elecciones municipales de Madrid -que ganó pero sin capacidad para poder llegar a acuerdos de gobierno- ha llevado a Esperanza Aguirre no sólo a ver disiparse su sueño de ser alcaldesa, sino a pedir un congreso extraordinario en el que perderá su estatus de "lideresa".

Con su decisión de pedir la convocatoria de un congreso extraordinario de "refundación" y el anuncio de que no aspirará a la reelección como presidenta (lo es desde 2004), Aguirre da por finalizada una década en la que el PP madrileño ha cosechado sus mayores triunfos en las urnas con contundentes mayorías absolutas en la Comunidad y en el Ayuntamiento.

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Un mandato que ha estado marcado también por escándalos de corrupción protagonizados por algunos de sus colaboradores que, con el paso del tiempo, han minado la confianza de los ciudadanos.

Durante meses, Aguirre se ofreció en reiteradas ocasiones a Mariano Rajoy para ser elegida candidata a la Alcaldía de Madrid, volviendo así a la primera línea política que, de facto, nunca había abandonado, puesto que nunca llegó a dejar de ser presidenta del partido en la Comunidad.

Y argumentaba su empeño de ser candidata apelando a sus anteriores victorias electorales, que sin embargo esta vez no ha repetido, tanto por el desgaste de las medidas para afrontar la crisis como por los casos de corrupción -primero Gürtel y, a pocos meses de la cita con las urnas, la trama Púnica-.

Tanto en un caso como en el otro se han visto envueltos consejeros de los gobiernos de Aguirre, que aunque nunca se ha visto salpicada no ha podido, a tenor de sus resultados, convencer a los votantes de que pueden confiar en el partido para gobernar sus instituciones.

Un "animal político"

La pérdida de la Alcaldía, sumada a los errores -admitidos por ella misma- de su campaña y a las fallidas propuestas de pacto tras las elecciones para evitar que Manuela Carmena fuera alcaldesa llevaron a que muchos de quienes antes la apoyaban dentro de las filas del PP de Madrid a que se plantearan la hora de renovar el liderazgo.

La primera mujer que presidió el Senado y venció en unas elecciones autonómicas, la que fuera también ministra de Educación y Cultura y el "animal político" que no fue capaz de dejar del todo la 'cosa pública' a pesar de abandonar el Gobierno de la Comunidad de Madrid, renuncia así a encabezar la renovación que ella misma reconoce que necesita el PP madrileño.

Hasta en su abandono de la presidencia del partido Aguirre vuelve a retar a Mariano Rajoy, para el que durante años ha sido una incómoda piedra en el zapato al criticar algunas de sus decisiones.

Y es que el presidente del PP rechazó hace unos días la petición de José Ramón Bauzá de convocar un congreso extraordinario en el PP de Baleares y ahora tendrá que decidir si sigue la misma vara de medir con el PP de Madrid, en el que Rajoy quería un cambio para hacerse con el control del partido que domina Aguirre.

Pese a dejar la presidencia del PP de Madrid, Aguirre quiere seguir de líder de la oposición en el Ayuntamiento, donde precisamente comenzó su carrera política hace ya 32 años, cuando en las elecciones de 1983 entró como edil en la oposición de la mano de Unión Liberal, para después ser reelegida concejala con Alianza Popular (1987).

Muchos creen, no obstante, que durará poco ejerciendo la oposición en el Palacio de Cibeles, dados los precedentes, ya que en 2012 dejó la Presidencia de la Comunidad para retomar su puesto de funcionaria en el Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo del Estado (donde duró poco) y para incorporarse como asesora de la empresa de cazatalentos Seeliger y Conde.

El tiempo dirá si su carrera se cierra en Cibeles o si, incluso, se le abren nuevas puertas en unos meses, las del Congreso o el Senado.