El nombramiento de Reyes Maroto (Medina del Campo, 1973) como ministra de Industria supone el retorno a la primera línea del Gobierno de las políticas relativas al sector fabril, del que salieron al menos nominalmente en 2016. Desde ese año, y a raíz de la dimisión de José Manuel Soria por el escándalo de las cuentas en paraísos fiscales (los "Papeles de Panamá"), los asuntos industriales quedaron sumergidos en el Ministerio de Economía que entonces lideraba Luis de Guindos y además perdieron categoría al ser alojados en una secretaria general de ese departamento (tercer escalón de la jerarquía, por detrás de ministerios y las secretarias de Estado).

Así que el hecho mismo de que Pedro Sánchez haya recuperado con Reyes Maroto un ministerio industrial ha suscitado un reacción en principio favorable en los ámbitos empresariales y sindicales más pegados al sector. Maroto, exdiputada autonómica por el PSOE en Madrid, asume una cartera análoga a la de su antecesor Soria, con competencias también en turismo y comercio, y con desafíos por delante de tanto alcance como la adapación al cambio tecnológico (digitalización, robotización...) de las empresas industriales españolas.

Graduada en Economía por la Universidad de Valladolid, la ejecutoria profesional de Reyes Maroto incluye una etapa como ayudante de investigación en la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea, "think tank" de orientación liberal) y otra en la Fundación IDEAS (centro de estudios de inspiración socialdemócrata y vinculado al PSOE).

¿Qué ideas traerá para la industria esta economista a la que, por su trabajo político más reciente en Madrid, se le atribuye una especialización en políticas presupuestarias? Algunos de los trabajos que realizó como asesora para el PSOE sugieren que Reyes Maroto comulga con el discurso europeo que promueve una reindustrialización de la UE -que la industria manufacturera recupere peso en el PIB hasta alcanzar el 20% en 2020- y también que sintoniza en apariencia con algunas de las preocupaciones perennes de las empresas fabriles de Asturias y del Gobierno regional de Javier Fernández. "Los elevados precios de la energía suponen un grave problema para la industria", escribió en un informe de 2013 para la dirección socialista. Se verá ahora si, por esa convicción, hace en el Consejo de Ministros de contrapeso de quienes dentro del PSOE apuestan por un cierre rápido de las térmicas de carbón que podría tener grandes impactos en la economía asturiana, incluida una subida de la luz para la industria.