Reyes Maroto (Valladolid, 1973) tiene ante sí el reto mayúsculo de evitar la quiebra del sector turístico, motor económico del país y responsable del 12% del PIB. La Ministra reconoce que la merma en los ingresos públicos por la pandemia dificulta una bajada de impuestos en favor de los hoteles y demás empresas del sector, pero confía en los fondos europeos como una oportunidad "que no podemos desaprovechar", y apela a los partidos para aprobar los Presupuestos.
- ¿Habrá rebajas fiscales para quienes hagan turismo? Italia y Francia han anunciado cheques o bonos e incluso desgravaciones en la declaración de la renta.
-Ya son varias las comunidades que han optado por el estímulo a la demanda a través de bonos, y estamos trabajando con ellas para ver si nosotros también podemos sumar recursos. Pero estamos también en el plan de recuperación de la UE, en los planes de estímulo e impulso a la política turística. Habrá ayudas directas a los destinos y a las empresas. Yo pido que todos nos impliquemos.
- Pero en el sector echan en falta un plan de ayudas más potente, más acorde con el peso de la actividad en la economía.
-Tenemos unos presupuestos de una etapa en la que el turismo no era prioritario. Estoy gestionando unos presupuestos, prorrogados desde 2018, que no se corresponden con el peso que tiene el sector. Por eso necesitamos unos nuevos presupuestos. Yo apelo a la responsabilidad de todos los grupos, también el PP, que ha estado en un debate nada constructivo, o más bien ha trabajado para desestabilizar utilizando la pandemia contra el Gobierno, y no es ahora el momento de crispar a la población con un bloqueo institucional. Lo que necesitamos es luchar contra la pandemia, y los presupuestos de 2021 están pensados para hacer frente a la crisis sanitaria, pero también al impacto social y económico.
- Porque sin presupuestos no se podrán canalizar esos fondos. ¿Son conscientes los partidos de lo que está en juego?
-Ya tuvimos una muy mala noticia con el veto al real decreto ley que permitía a las entidades locales movilizar mucho dinero. Son recursos que ahora mismo están en un banco, en un cajón, y que por tanto no se van a poner a disposición de la sociedad. Creo que el Congreso no estuvo a la altura de lo que necesita este país.
Las entidades locales dicen que Hacienda quería quedarse con recursos que son suyos.
El esquema actual lo aprobó el anterior Gobierno del PP, y la realidad es que hoy no se puede disponer de esos recursos. El instrumento que presentaba la ministra María Jesús Montero permitía movilizar esos recursos con un ejercicio de responsabilidad. Es verdad que la condicionalidad a uno no le gusta, pero es mejor poder gastar, aunque esté condicionado, que no hacerlo.
¿Y rebajas fiscales a las empresas turísticas, como hoteles?
La capacidad que ahora tenemos para rebajas fiscales es muy limitada. La crisis ha mermado los ingresos del Estado, y lo ha hecho también en las comunidades y los ayuntamientos. Dicho lo cual, el debate debe abordarse de forma constructiva: qué y para qué. En eso creo que este Gobierno se ha mostrado muy dialogante. En estos dos años hemos intentado actualizar nuestro modelo donde hay agujeros en la fiscalidad. No se trata de gravar más sino de gravar allí donde nadie está pagando, que es muy distinto. En eso nos podemos encontrar con muchos grupos. Si realmente hay una reforma que abordar, pues que lo hagamos pensando cuáles son las capacidades de gasto que necesitamos para actualizar un modelo fiscal que está obsoleto. Ahí nos van a encontrar.
