Miles de peces muertos y siete playas cerradas, es la imagen que una semana después acompaña al Mar Menor. Consternados los vecinos protagonizan sonoras protestas a las que se suman las quejas de los turistas. Unos y otros graban las imágenes y contemplan atónitos cómo la mayor laguna salada de Europa, un ecosistema único se ha convertido en esto... Un escenario demoledor que supera ya a las tragedias vividas años anteriores, porque el ecocidio continúa día tras día. El mar sigue vomitando miles de cadáveres hacia la orilla. Más de 4 toneladas y media recogidos por pescadores y voluntarios que de forma improvisada se afanan por salvar el que hasta hace una semana era su paraíso particular.