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María FUENTES
Ver galería >Ni las previsiones meteorológicas adversas, que de momento fallan; ni la "oxidación" de las costumbres festeras dos años de parón por el covid, ni el hecho de que el Bollo sea la primera gran fiesta popular del año en Asturias y, por tanto, la que pilla a la gente más "fría"... Avilés tiene hambre de folixa y se dispone a saciarla en una edición del Bollo organizada para 15.000 almas, que son las que se pueden sentar en los espacios habilitados en las calles del casco histórico por el área municipal de Festejos, cinco kilómetros en total de comedor. Los primeros comensales ya han empezado a ocupar sillas y mesas, como es costumbre provistos de viandas para la ocasión.
Ni las previsiones meteorológicas adversas, que de momento fallan; ni la "oxidación" de las costumbres festeras dos años de parón por el covid, ni el hecho de que el Bollo sea la primera gran fiesta popular del año en Asturias y, por tanto, la que pilla a la gente más "fría"... Avilés tiene hambre de folixa y se dispone a saciarla en una edición del Bollo organizada para 15.000 almas, que son las que se pueden sentar en los espacios habilitados en las calles del casco histórico por el área municipal de Festejos, cinco kilómetros en total de comedor. Los primeros comensales ya han empezado a ocupar sillas y mesas, como es costumbre provistos de viandas para la ocasión.
Ni las previsiones meteorológicas adversas, que de momento fallan; ni la "oxidación" de las costumbres festeras dos años de parón por el covid, ni el hecho de que el Bollo sea la primera gran fiesta popular del año en Asturias y, por tanto, la que pilla a la gente más "fría"... Avilés tiene hambre de folixa y se dispone a saciarla en una edición del Bollo organizada para 15.000 almas, que son las que se pueden sentar en los espacios habilitados en las calles del casco histórico por el área municipal de Festejos, cinco kilómetros en total de comedor. Los primeros comensales ya han empezado a ocupar sillas y mesas, como es costumbre provistos de viandas para la ocasión.
Ni las previsiones meteorológicas adversas, que de momento fallan; ni la "oxidación" de las costumbres festeras dos años de parón por el covid, ni el hecho de que el Bollo sea la primera gran fiesta popular del año en Asturias y, por tanto, la que pilla a la gente más "fría"... Avilés tiene hambre de folixa y se dispone a saciarla en una edición del Bollo organizada para 15.000 almas, que son las que se pueden sentar en los espacios habilitados en las calles del casco histórico por el área municipal de Festejos, cinco kilómetros en total de comedor. Los primeros comensales ya han empezado a ocupar sillas y mesas, como es costumbre provistos de viandas para la ocasión.
Ni las previsiones meteorológicas adversas, que de momento fallan; ni la "oxidación" de las costumbres festeras dos años de parón por el covid, ni el hecho de que el Bollo sea la primera gran fiesta popular del año en Asturias y, por tanto, la que pilla a la gente más "fría"... Avilés tiene hambre de folixa y se dispone a saciarla en una edición del Bollo organizada para 15.000 almas, que son las que se pueden sentar en los espacios habilitados en las calles del casco histórico por el área municipal de Festejos, cinco kilómetros en total de comedor. Los primeros comensales ya han empezado a ocupar sillas y mesas, como es costumbre provistos de viandas para la ocasión.
Ni las previsiones meteorológicas adversas, que de momento fallan; ni la "oxidación" de las costumbres festeras dos años de parón por el covid, ni el hecho de que el Bollo sea la primera gran fiesta popular del año en Asturias y, por tanto, la que pilla a la gente más "fría"... Avilés tiene hambre de folixa y se dispone a saciarla en una edición del Bollo organizada para 15.000 almas, que son las que se pueden sentar en los espacios habilitados en las calles del casco histórico por el área municipal de Festejos, cinco kilómetros en total de comedor. Los primeros comensales ya han empezado a ocupar sillas y mesas, como es costumbre provistos de viandas para la ocasión.
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