La ovetense Graciela Ruiz, que padecía ELA, esperó a la legalización de la eutanasia y eligió una noche de luna llena para liberarse definitivamente de una enfermedad que era su cárcel
Graciela Ruiz, en un viñedo de la Toscana italiana en el que trabajó años atrás.
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Con sus hermanas: todas juntas de niñas, con María Pilar abrazando, de izquierda a derecha, a Graciela, Rebeca y Lucía.
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Junto a María Pilar y Lucía.
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De mochilera.
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En el interior de un vehículo.
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Graciela Ruiz Ortiz, durante uno de sus viajes por América.
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