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Torcuato inauguró el pabellón central de la Feria de Muestras

El ministro de Industria, José María López de Letona, dio su respaldo oficial al Museo Etnográfico del Pueblo de Asturias

El ministro de Industria, José María López de Letona, y Luis Adaro, en el Pueblo de Asturias.

Así como el "Apolo XV" cumplió aquel 7 de agosto de 1971 su misión, en la XV la Feria de Muestras de Asturias Luis Adaro y su tripulación también lograron hacer realidad -en la séptima edición de la nueva etapa- aquel proyecto que se marcaron de contar con un recinto ferial y un gran pabellón central que pudieran ser visitados por millares de personas. Se abandonaba así la precariedad de utilizar la tribuna del estadio de El Molinón y aquella imaginativa pasarela de comunicación entre las dos orillas del río Piles. Noventa mil metros cuadrados debidamente drenados y con más de diez kilómetros de tuberías, una galería comercial de más de mil metros cuadrados y, sobre todo, un gran pabellón central polivalente de siete mil doscientos metros cuadrados -construido por Dragados y Construcciones- constituyeron la fehaciente demostración de que el camino hacia la consolidación ya estaba marcado, por lo que su futuro estaba asegurado.

El ministro secretario general del Movimiento, el gijonés Torcuato Fernández-Miranda y Hevia -quien también había sido fundamental para lograr el apoyo oficial del gobierno- pronunció un apasionado discurso en el que dijo que "la historia de Asturias es de un increíble dinamismo abierto hacia los demás y hacia el futuro, un futuro que sólo se abre aceptando los problemas a los que el hombre se enfrenta". Asimismo resaltó la importancia de los empresarios y trabajadores españoles, al afirmar que "ellos han llevado sobre sus espaldas nuestro progreso y desarrollo".

La importante presencia de los ministros. El presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Gijón, Luis Adaro Ruiz-Falcó tenía muy claro la necesidad de impulsar hacia el rango de nacional a la solamente todavía regional Feria de Muestras de Asturias, por lo que movió todos los hilos posibles para que, además de Torcuato Fernández-Miranda la visitasen oficialmente el mayor número posible de ministros. Así en aquella edición también la visitaron el ministro de Información y Turismo, Alfredo Sánchez Bella -quien después de sulfurizar su vivienda oficial para quitar todas las huellas de su antecesor, Manuel Fraga Iribarne, también solamente dejaría salir el primer número del progresista diario "Nivel" bajo la dirección del periodista gijonés Mauro Muñiz- y el ministro de Industria, José María López de Letona, quien dio el espaldarazo oficial al Museo Etnográfico del Pueblo de Asturias.

Recuperación de un gran patrimonio arquitectónico. Las inmensas expropiaciones de terrenos realizadas por UNINSA para la construcción de la factoría siderúrgica, propiciaron la recuperación de casas señoriales y valiosos hórreos y paneras que databan de hasta el siglo XV, en la parroquia de Cenero, en Sotiello, Fresno, San Andrés de los Estacones, Serín y Veriña. Así, en el año 1968, se habían puesto los cimientos para la creación del Museo Etnográfico del Pueblo de Asturias gracias al apoyo de la Cámara de Comercio y de su entusiasta presidente Luis Adaro -quien había sido muy receptivo ante la inquietud de José Avelino Moro, Patricio Adúriz y Luis Argüelles para que no desapareciese tan importante patrimonio arquitectónico- que logró el apoyo institucional del Ayuntamiento.

La idea de su puesta en marcha la respaldaban ejemplos ya existentes desde finales del siglo XIX en toda Europa de creación de museos etnográficos al aire libre. Así, entre las primeras construcciones trasladadas allí estuvieron la Casa de los Valdés que ocupaban sus hidalgos en la zona de Los Caños que se encontraba frente a la estación de Sotiello y en cuya fachada principal se conservaba uno de los escudos más antiguos de la rama de los Valdés de Trubia, en Gijón, dado que el origen familiar se encontraba en lo que entonces era San Cucufate y actualmente se denomina San Cucao de Llanera. También se trasladó piedra a piedra numerada, la casa de los González de la Vega, procedente de Serín. Año tras año, con toda ilusión, las ciénagas de las marismas del río Piles fueron dando paso a un magnífico museo etnográfico que también fue complementado con otras instalaciones tradicionales.

Construcción de nuevos pabellones empresariales. Ya con un recinto ferial fijo, numerosas instituciones y empresas privadas apoyaron el hombro con la construcción de pabellones y stands, lo que propició una nueva dimensión para que la Feria de Muestras fuese un escaparate promocional de la industria y el comercio asturiano. Todo ello unido a la popularidad que supo darle su director, Pedro García-Rendueles y Aguado, al fomentar que los visitantes pasasen allí el mayor tiempo posible para lo cual era necesario ofrecerles alternativas para también divertirse, beber y comer. Lo que algunos denominaron despectivamente como "la feria del bocadillo" era mucho más que eso, pero sin la oferta gastronómica la feria no llegaría a lograr ser una de las más visitadas de toda España. Y las ventas gastronómicas comenzaron a ser espectaculares, por lo que desde Jerez llegaban los finos y brandís más afamados del mundo, lo que demostraba la importancia del recinto ferial.

Los mejores toreros en "La Bombonera". Así que con viento en popa y a toda vela nuestra economía iba hacia adelante, de lo que era una muestra la creciente importación de carbón y el aumento en la exportación de productos siderúrgicos por el puerto del Musel. Y la Caja de Ahorros de Asturias lograba alcanzar los doce mil millones de pesetas en sus saldos. En la Semana Grande, por la plaza de toros de El Bibio -a la que por entonces se calificaba como "La Bombonera", por el espectacular éxito de la venta de abonos a las empresas, como regalo hacia sus clientes- pasarían los toreros de primera fila como Francisco Rivera, "Paquirri"; Santiago Martín, "El Viti"; Manuel Benítez, "El Cordobés"; Antonio Ordóñez, Paco Camino, Diego Puerta y Andrés Vázquez, lo que motivaría que en las taquillas del coso taurino se lograse frecuentemente colgar el cartel de "No hay billetes".

Un animado panorama musical. Antes de su actuación en el Parque del Piles, un ya insoportable Julio Iglesias quien -en el camerino, en calzoncillos blancos y en mi presencia- ordenaría a sus músicos que no se les oyese; "Los Sonny's" liderados por Miguel Escalada triunfarían en la Verbena de la Prensa; José Manuel Alvariño abriría su estiloso Lord Club frente al parque -el sótano había sido concebido como piscina comunitaria, pero el constructor la vendió bajo manga- cuya insonorización de hormigón era inmejorable. Y las despampanantes go-gos harían muy popular aquel lema publicitario: "Un paseo por el mar y a bailar a Rocamar".

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