Concha Velasco, ella solita, cosechó un clamoroso éxito, anoche en el teatro Jovellanos. El público que desbordó el recinto, puesto en pie, la ovacionó durante largos minutos. No era para menos; durante más de hora y media, ella cargó sobre sí toda la representación y nos imaginamos el esfuerzo. Memorizar el larguísimo texto, y expresar su contenido sin bajar nunca la guardia en la interpretación supone un trabajo ímprobo.

La escenografía era simple, un reclinatorio y un mueble a modo de asiento y cama constituían el atrezo. Paredes negras, que una vez eran celosías, puertas o ventanas, pero que en realidad constituían su cárcel. La iluminación asume un papel importante, y el vestuario, único; un negro sayal que sólo lo recubre de una capa para su breve papel de reina.

La historia comienza en la confesión previa a la muerte de la reina Juana de Castilla, Juana la Loca, y el supuesto confesor, el jesuita Francisco de Borja, duque de Gandía. En un principio, antes de entrar en el relato de su vida, Juana hace unas reflexiones referente a su familia a la que irónicamente llama, "mi santa compaña". Decide que el poder es atributo del maligno, y analiza la postura de los comuneros de Castilla negándose a que Castilla y Aragón sean gobernadas por manos extranjeras. Imágenes superpuestas en las paredes contribuyen al texto, así vimos el mar donde navega la joven Juana, a los 16 años, rumbo a Flandes, para casarse por razones de estado con Felipe de Habsburgo. Su arribada a Inglaterra, la fiesta, el encuentro, la boda?

Toda la historia es escrupulosamente fidedigna. Sólo bajo el criterio de Juana se permiten ciertas licencias pero que no significan nada más que interpretaciones personales. Es irónica en ocasiones, dramática en otras, alegre menos, pero se revuelve contra su destino, llora, juzga? El encuentro con su hijo Carlos, el emperador, la llena de alegría, pero éste acaba quitándole a su hija Catalina para casarla con el infante de Portugal. Juana no estaba loca, ¿qué loca soporta 46 años confinada en un palacio en Tordesillas?

Al final el público se rindió a su magnífico trabajo. Concha Velasco es toda una señora actriz, convincente, entregada, y sobre todo sencilla y humana. Merece el máximo reconocimiento. Me confieso su fan.