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Liliana Oliveros, como una flecha

La tiradora con arco gijonesa, que sufre desde niña distrofia muscular, se prepara para Tokio 2020 tras sus dos diplomas en las Paralimpiadas de Río

Liliana Oliveros, en plena competición en Río de Janeiro.

La vida de Liliana Oliveros se podría resumir en una palabra: tirar. En primer lugar, tirar para adelante para lidiar airosa en el día a día con una distrofia muscular que la obliga a usar una silla de ruedas y que le impide ejercer su profesión. Y en segundo lugar, tirar con arco, una disciplina deportiva que no conocía y que unos pocos años la ha llevado a la élite. Ayer dio cuenta de todo ello con un mensaje claro: "todo es posible con empeño".

Liliana, nacida en Gijón en 1977, fue diagnosticada de distrofia muscular ya de niña, con una parálisis facial y dificultades para caminar desde los siete años que se han ido agudizando con el paso del tiempo. Hasta el punto de que en el año 2012 "tuve que dejar de trabajar como nutricionista infantil, y por eso me decidí a hacer otras cosas nuevas", explica la joven. La elección fue la de tirar con arco, algo que "nunca en la vida había hecho". Con tan buena fortuna a la hora de elegir que "empecé a ver que se me daba bien, fui a un cursillo de iniciación y enseguida pasé a un equipo adaptado", explica orgullosa.

De ahí a ser una estrella de las Paralimpiadas han pasado unos pocos años marcados por la tenacidad y la buena puntería, con entrenamientos duros que la gijonesa asume como un reto personal, con tesón y esfuerzo. El premio le ha llegado en forma de dos diplomas paralímpicos en los Juegos de Río 2016, y en la actualidad tiene la ilusión de participar en los próximos juegos, los de Tokio en el año 2020.

"Ha sido una gran alegría llegar tan lejos en tan poco tiempo", resume con naturalidad la arquera, integrada en las filas del Club de Arqueros de Colmenar Viejo, aunque cuando está en Gijón entrena en las instalaciones del IES Emilio Alarcos. Ha sido una progresión meteórica, desde la medalla de plata que obtuvo en el año 2015 en el Campeonato de Holanda de tiro con arco adaptado, la medalla de bronce en el Campeonato de Europa de Tiro con Arco celebrado en 2016 en Saint Jean De Monts o el quinto puesto individual en el Campeonato del Mundo de Tiro con Arco adaptado que le supuso un pase directo a los Juegos de Río 2016. La experiencia fue "fabulosa", puesto que se trajo a Gijón dos diplomas paralímpicos, un octavo puesto individual y un quinto puesto por equipos mixtos. Algo "increíble", sostiene, porque "es sorprendente que con una discapacidad que me ha impedido trabajar en lo mío haya podido llegar tan lejos en tan poco tiempo", asegura con una sonrisa, convencida de que "uno mismo se pone las barreras y no somos conscientes de que nosotros mismos somos capaces de romperlas con un poco de ayuda".

En su caso, es inestimable la de todo el club, la de su entrenador y la de su marido José Luis Esteban, que nunca ha estado vinculado al deporte y que gracias a Liliana se ha convertido en deportista de apoyo: él la ayuda a montar el arco, a recoger las flechas o a trasladar el material para los entrenamientos, y es "clave en todo esto, lo convencí y mira qué bien", explica la deportista gijonesa. Liliana Oliveros quiere lanzar un mensaje de optimismo, de "aprovechar lo bueno que nos llega, que nunca sabes cuándo ni cómo llega", y de que "hay que romper los prejuicios y dar visibilidad a la gente que tiene dificultades en la vida". Ella lo ha logrado, asumiendo el destino y sacándole todo el partido. Y "cualquiera puede hacerlo, es cuestión de fe en uno mismo".

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