Marino González Rozas es el promotor del festival Gijón Life, que cerró ayer con la actuación de "Maná" su primera edición. Por el escenario del parque de los Hermanos Castro han pasado artistas de la talla de Bunbury, Bad Bunny, Dani Martín y los ya citados "Maná".
- Tras el éxito de esta primera edición del Gijón Life, ¿qué balance hace del festival?
-Hemos quedado muy contentos con el resultado, con la recepción por parte del público y con cómo los artistas han reaccionado de cara al recinto.
- ¿Qué ha sido lo mejor de estas semanas?
-Haber afrontado un reto tan grande con el desarrollo de este festival, que nada tiene que ver con otros festivales como Metrópoli. Son diez días de programación, de artistas nacionales e internacionales de primera línea, con producciones muy complicadas, y lo hemos superado con éxito. Además, hemos visto que la ciudad tiene capacidad para absorber este tipo de programación, y cómo una gran cantidad de personas de otras provincias o incluso otros países han venido para disfrutar del Gijón Life. El mayor descubrimiento de esta edición ha sido el parque de los Hermanos Castro como emplazamiento para festivales.
- Después de tantos días de trabajo, organización y espectáculos, ¿alguna autocrítica?
-Como cada vez que se hace algo por primera vez, hay un montón de cosas que mejorar. De hecho, para el año que viene tenemos la idea de la creación de espacios móviles para las gradas, mandarlas hacia delante y hacia atrás, dependiendo de cómo sea el concierto, dado que es un espacio excesivamente grande. No todos los espectáculos son para 11.000 personas, como ha sido el de "Operación Triunfo", o para los 2.500 de Bunbury. Se puede mejorar mucho la adaptación del espacio a cada una de las producciones.
- ¿Desde dónde ha venido el público?
-Hemos tenido, para artistas como "Il Divo", "Maná" u "OT", público muy internacional. Para "Il Divo" asistieron personas de Inglaterra, Italia, Francia, Portugal e, incluso, gente de Polonia.
- Este carácter heterogéneo beneficia mucho a la ciudad, a Gijón.
-Cuando creamos el Gijón Life, lo hicimos pensando que era inteligente para la ciudad y porque creíamos que podía aportar mucho al verano de Gijón. Nos sentimos muy contentos tras haber recibido felicitaciones y agradecimientos por parte de numerosos hosteleros de las zonas de la Arena, de los bajos del Molinón o de la zona de la playa.
- ¿Alguno de los artistas ha dicho que le gustaría volver si sus giras se lo permitiesen?
-A excepción de "Il Divo" y los chicos de "OT", son artistas que ya habían estado en Gijón. Todos y cada uno han mostrado agradecimiento por el trato recibido o por la producción prestada, y han mostrado su disposición a volver. Gijón les ha sorprendido muy gratamente, todos hablan de lo bonita que es la ciudad, Asturias, su gastronomía o sus paisajes.
- ¿La actuación más memorable?
-Hablando desde un punto de vista muy particular, creo que el mayor espectáculo ha sido el de "OT", por su producción de luces y sonido y la profesionalidad de los chicos. Ahora, el mejor concierto de un artista, sin lugar a dudas, ha sido el de Bunbury. Curiosamente, es en el que menos gente había.
- Las colas para artistas como Pablo Alborán o los chicos de "OT" han durado incluso días.
-Lo que suceda en el exterior del recinto lo podemos ordenar, pero es muy difícil de controlar. Nuestro trabajo es organizar lo que pasa dentro del recinto. En este tipo de conciertos con un "fenómeno fan" tan grande, acampan días antes a la espera de la apertura de puertas. Es como una tradición y parte del protocolo de actuación.
- ¿En qué afecta a la seguridad y cómo se gestionan estas aglomeraciones de personas en las colas?
-Hoy en día, las redes sociales permiten que el público acceda a lugares que antes para ellos eran inaccesibles. Cuando los chicos de "OT" compartieron en directo que estaban en el backstage o jugando a fútbol en el escenario con una botella de plástico, se formó mucho revuelo. La gente llevaba muchas horas esperando, cansada, y cuando supieron que sus ídolos estaban al otro lado de la valla empezaron a arrancar las telas que les impedían mirar al interior del recinto. El revuelo vino tanto de hijos como de padres. Nosotros podemos intentar organizarlos, pero no podemos controlar absolutamente todo lo que pasa en el exterior si la gente no se sabe comportar.
- ¿Algún incidente?
-Ningún incidente reseñable, o altercado que resaltar. Todo lo que se pueda mejorar para el año que viene está apuntado y se tendrá en cuenta referido a control de accesos o comodidades.
- ¿Cuándo empiezan los preparativos para el próximo festival?
-Puedo adelantar que ya hay dos grupos confirmados para la que será la segunda edición.
