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Los "telecos" tienen la llave

Los ingenieros celebran el siglo de esta rama profesional y se reivindican como "claves" ante los retos del coronavirus

Fernando Las Heras. JUAN PLAZA

El 22 de abril de 1920 se creó el título de Ingeniero de Telecomunicación y ayer el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT) y la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación (AEIT) quisieron reconocer la profesión y recordar que en los tiempos actuales, las telecomunicaciones están llamadas a jugar un papel clave. Tal y como transmite Fernando Las Heras, presidente de la Delegación de la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación en Asturias y decano delegado del Colegio de Ingenieros de Telecomunicación en el Principado, la pandemia mundial ocasionada por el COVID-19 "sería un caso paradigmático de resiliencia facilitada por las telecomunicaciones", porque la transformación digital está permitiendo "la adaptación de todos los sectores claves de la sociedad a los cambios gracias a distintas tecnologías que el Ingeniero de Telecomunicación domina y entre las que cabe destacar 5G, la ciberseguridad, el desarrollo de redes con alta capacidad, el Internet de las Cosas (IoT), el blockchain, la industria 4.0, el uso del Big Data y la Inteligencia Artificial".

Por ello, en un día tan señalado como es el de la celebración del siglo de la profesión los propios ingenieros han querido postularse como "cabezas de lanza" en los retos actuales, agrandados por la crisis planetaria del coronavirus. Esto es, "se requieren buenos conocedores de la tecnología para incrementar la robustez de las redes, la interoperabilidad, la posibilidad de redimensionar las capacidades, y la mejora de la conectividad", enumera el Colegio. A ello se suma que los ingenieros "también se han convertido en profesionales intuitivos, capaces de leer qué hay detrás de esas demandas, y lo suficientemente creativos, flexibles y ágiles para ofrecer respuestas adecuadas también desde el punto de vista del progreso humano".

Sobre todo cuando, como se está viendo, "en el futuro la sensibilidad social deberá ir cada vez más de la mano del conocimiento estrictamente tecnológico". Y cuando España posee "un ecosistema tecnológico diverso, innovador y emprendedor, formado por distintos agentes y grupos de interés, como escuelas universitarias, empresas, asociaciones, grupos de pensamiento o redes de colaboración".

Uno de los grandes retos que se plantea la profesión de cara al futuro es, reconocen los propios ingenieros, es el de mejorar su proyección social. "Se trata de visibilizar su actividad en un sentido doble: para que se conozca el valor de la profesión y para hacer más comprensible al gran público el mundo de las tecnologías de la información y las comunicaciones". Es un reto pedagógico y divulgativo de gran magnitud, reconocen, en el que se ha de trabajar intensamente, porque "conectar con la sociedad permitirá que nuestras tecnologías dejen de ser un ámbito oculto y dará respuesta a una demanda existente por saber y conocer por parte de la sociedad".

En la actualidad en Asturias hay un centenar de ingenieros de Telecomunicación colegiados, si bien, como señala Fernando Las Heras, "hay bastantes más, sobre todo por alumnos de promociones recientes y del máster de Telecomunicación que no se han colegiado". El futuro pasa, sostienen, por estimular el interés de los jóvenes por el conocimiento científico y tecnológico, lo que garantiza la formación de nuevos profesionales para un futuro que cada día presenta nuevos retos. El COVID-19 es uno más.

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