La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La estación de contaminación anunciada para El Lauredal se instalará en Jove

La ubicación rompe la promesa del Principado e impedirá un mayor control sobre la polución industrial

La estación de contaminación anunciada para El Lauredal se instalará en Jove

La urbanización de El Lauredal, en la que se están registrando los peores niveles de contaminación de la ciudad, va a quedarse sin estaciones de control para medir esa polución en cuanto se materialice el Plan de Calidad del Aire para el Oeste de Gijón que sacó ayer a información pública el Gobierno del Principado. El plan contempla que la Administración autonómica ubique junto a la asociación de vecinos de Jove la estación fija de control de la contaminación comprometida para El Lauredal y que el Ayuntamiento de Gijón retire del barrio la unidad móvil que desde hace dos años está registrando unos niveles de polución que superan con creces los límites máximos permitidos por la normativa española.

Esa unidad móvil, emplazada ahí durante el anterior mandato municipal, ha permitido que se conozca el grado de contaminación que padece el barrio, donde el año pasado se superaron los máximos legales de contaminación por PM10 (partículas inferiores a 10 micras) en 78 días. Si eso se diera en cualquier estación de la red de estaciones fijas del Principado habría obligado a declarar varias alertas por contaminación a lo largo del año -pudiendo obligar a parar actividades industriales- al encadenarse en varios días sucesivos la mala calidad del aire. Al tratarse de una unidad móvil, no.

El movimiento vecinal y la Plataforma contra la Contaminación de Gijón, llevan años reclamando una estación oficial del Principado en El Lauredal o que se tengan en cuenta los de la unidad móvil. Su demanda parecía haberse logrado después de que el estudio encargado por el Principado al Instituto de Salud Carlos III sobre la red de control de la contaminación, recomendase ubicar una estación en El Lauredal, ante los datos de la unidad móvil del Ayuntamiento.

El Principado indicó que iba a hacer suya esa recomendación. La última ocasión por boca del vicepresidente asturiano y consejero de medio ambiente, Juan Cofiño, en la comparecencia que tuvo el pasado lunes en la Comisión de Medio Ambiente de la Junta General del Principado, donde anunció que ya se iba a licitar la contratación de la nueva estación de medición para El Lauredal. Lo que no dijo es que esa nueva estación iba destinada a controlar el área Lauredal-Jove y a emplazarse frente a la sede de la Asociación de Vecinos de Santa Cruz de Jove, a 643 metros de distancia de El Lauredal.

En ese futuro emplazamiento en Jove, el Principado ha estado realizando ya mediciones con una unidad móvil propia. El resultado ha sido bastante mejor que los datos de El Lauredal. Entre el 16 de mayo de 2019 y el 16 de marzo de 2020, en Jove se superó en 29 días el límite legal de PM10, mientras que en El Lauredal se superó en 48 días, lo que representa un 65,5% más. Además de tener menos días con malos aires, hubo muchas menos series seguidas de más de tres días con alta contaminación, que es uno de los requisitos para decretar una alerta. En el Lauredal se han llegado a encadenar series de más de una semana con elevados niveles de PM10.

El origen de la polución en la zona oeste de Gijón es conocido desde hace más de un lustro, por informes encargados por el Principado que señalan a las emisiones contaminantes de Arcelor como la principal causa con diferencia de la contaminación en el oeste de Gijón los días con mala calidad del aire.

El plan que ahora saca a información pública el Principado recuerda que dentro de la factoría siderúrgica el principal problema son los dos sínter. A ese respecto, plantea cambiar la Autorización Ambiental Integrada de Arcelor para que adelante en dos años; del 31 de diciembre de 2024 a 2022, la instalación de un nuevo filtro en el sínter B, en la chimenea secundaria. Lo hace en base a un estudio encargado por la propia siderúrgica que apunta a ese foco secundario del sínter B como la principal causa de la contaminación en El Lauredal. El plan también señala que podría llegar a obligarse a parar la actividad de uno de los dos sínter si se sobrepasaran unos límites de emisiones establecidos.

A este respecto, Arcelor señaló ayer que no está preocupada en lo referente a los limites para los sínter, dado que entiende que sólo se pasa a contemplar de manera conjunta la contaminación de ambas instalaciones en vez de valorar por separado cada sínter. Sí pone reparos en cuanto a la inversión.

Compartir el artículo

stats