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Alejandro Irigoyen y su hija Alexa, ayer, en su barco “Aldivir”, atracado en el puerto deportivo de Marina Yates. | Juan Plaza

Vuelta al mundo que echa el ancla en Gijón

El mexicano Alejandro Irigoyen atraca en la ciudad para ver a parientes y amigos tras más de dos años navegando en familia alrededor del globo

“No hay un día igual a otro, ya sea por el oleaje o el color del atardecer del sitio en el que estés. Eso es lo que hace especial la navegación”. Son palabras del mexicano Alejandro Irigoyen, que lleva recorriendo el mundo en su barco “Aldivi” más de dos años. No lo hace solo, sino junto a su familia, su esposa, Bernadette y sus tres hijos, la mayor, Alexa, de once años, Diego, y el pequeño Vital, nombrado así en honor al aventurero español fallecido recientemente en México, Vital Alsar, el cual era un gran conocido de la familia. “Mis hijos son mi bendición, de hecho el nombre del barco lo forma la primera sílaba del nombre de cada uno, porque este viaje es otra bendición”, contó Irigoyen, que comentó también que navegar en familia durante tanto tiempo “es un reto, más aún con niños a bordo, pero al final somos como un equipo en el que todos tenemos que poner de nuestra parte”.

“No hay un día igual a otro, ya sea por el oleaje o el color del atardecer del sitio en el que estés. Eso es lo que hace especial la navegación”

La familia no lleva un itinerario específico, lo que convierte su viaje en una aventura. “Hemos estado en alrededor de veinte países y tenemos unas veinte mil millas navegadas ya”, declaró el padre. Su paso por Gijón se debe a una ruta por el Mar Cantábrico, que también incluirá las ciudades de Santander y Bilbao. Sin embargo, existía una motivación especial por parte de Irigoyen para realizar una breve parada en la villa asturiana. “He venido desde pequeño algún que otro verano porque tengo familiares y amigos, tanto aquí como en Oviedo. Por tanto, le tengo un grandísimo cariño a la tierra asturiana”, explicó el mexicano que quiso destacar “el gran amor que le tienen los autóctonos, todos defienden su lugar y eso hace que se esfuercen por hacer de él un sitio mejor y con mejores productos”.

“Hemos estado en alrededor de veinte países y tenemos unas veinte mil millas navegadas ya”

Respecto a si se parece a algún otro sitio en los que él haya estado, Irigoyen cree que el clima “es muy similar al que tiene el municipio de Jalapa, en México”, pero que, los acantilados que se ha encontrado en su travesía “no los podría comparar con nada que haya visto aún”. Pese haber venido ya unas cuantas veces a la región, en ninguna de ellas llegó navegando, por lo que esta ha sido la primera vez que llega hasta aquí en barco. “Son aguas impecables, no ves ningún tipo de basura, notas que hay gente que sabe lo que tiene y se esfuerza por cuidarlo”.

Solo han sido dos noches lo que la familia ha pasado en la ciudad. Sin embargo, creen que cuando el mar les vuelva a llevar por el Cantábrico, se quedarán a disfrutar de Gijón durante “al menos una semana”.

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