Un pregón repleto de guiños, de citas y de apuntes históricos para poner en valor el regreso de las celebraciones de Semana Santa tras dos años de pandemia y reivindicar su aportación al patrimonio de la ciudad. El historiador Agustín Guzmán Sancho, nacido en Toledo y afincado en Gijón, dio inicio ayer a la cita religiosa en la iglesia de San Pedro con un discurso que dejó varios mensajes claros. El principal fue la relevancia de las tres cofradías locales, para las que pidió que el Ayuntamiento les conceda su medalla de plata. “Bien merecen el reconocimiento, por tan entrañable labor en pro de la tradición y la cultura gijonesa. Cultura, sí. La Semana Santa es cultura”, indicó.
El pregonero fue glosado por Ignacio Alvargonzález, presidente de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales de la Semana Santa, que recordó las pérdidas que más ha dolido en la comunidad en los últimos tres años: Nacho Fidalgo, “el primer capitán de nuestro puerto”, Cuca Alonso, “distinguida cronista que nunca faltó a ningún pregón” y Alfonso Peláez, “un gijonés de pro”. “Le echaremos mucho de menos el sábado en la íntima procesión de la Soledad, su favorita”, dijo sobre este último.
De vuelta al pregonero, Guzmán Sancho recalcó que “la Semana Santa gijonesa ha ido ganando mucho, va a más” desde que las hermandades la recuperaron en 1995. Y citó al poeta Gustavo Adolfo Bécquer, quien “decía que la tradición religiosa es el eje de diamante sobre el que gira nuestra pasado”, para argumentar la consistencia de las celebraciones. “Es una tradición que se renueva una y otra vez, contra viento y marea, contra nordestes y huracanes, contra galernas y pandemias”. Habló ante una nutrida asistencia, con presencia de dirigentes políticos como Ángeles Fernández-Ahúja (PP), Jesús Martínez Salvador (Foro), Eladio de la Concha (Vox), Armando Bartolomé (Ciudadanos) y Alberto López-Asenjo (no adscrito).
Sancho es natural de Quintanar de la Orden y, aunque vivió sus primeras celebraciones de Semana Santa en Toledo, se sabe toda la tradición gijonesa: “Por ser el Ayuntamiento patrono de la iglesia, era costumbre antaño que el pendón de la villa, con la imagen de Pelayo alzando la cruz, precediera a la cruz parroquial de la entonces única iglesia de San Pedro”. “Venga, pues, gentes de todas partes a conocer nuestra tradición”, concluyó.
