El Acuario de Gijón estrena su centro de recuperación de animales varados con una tortuga herida: "Ayudará a concienciar"

El recinto, con cinco tanques, está pensado para rehabilitar también focas | El animal rescatado apareció en Bañugues envuelto en plásticos

Una tortuga herida y enredada en pedazos de plástico rescatada a finales de enero en la playa de Bañugues fue este lunes la primera huésped oficial del recién estrenado Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias (CRAMA) del Acuario de Gijón. El complejo, que se centrará en el cuidado de tortugas y focas, está instalado en una nave anexa al centro y cuenta con dos tanques acuáticos –con capacidad para unas tres o cuatro tortugas– y tres cubículos con estanque y zona seca especialmente diseñados para focas. Su diseño se ha pensado especialmente para facilitar la recuperación de estos animales en su última fase de cuidados, cuando la prioridad para a ser su adaptación a su medio natural, sin demasiado contacto con el público, para evitar su posible domesticación. "Nos ayudará a trasladar el mensaje del daño que sufren nuestros mares. Nosotros somos la causa, pero también podemos ser la solución", señaló Fernando González, director ejecutivo de la Fundación Bioparc en la que se enmarca el Acuario, que defendió la importancia que tendrá el centro para "concienciar" al público general sobre la contaminación.

La tortuga que ha estrenado el recinto es del género Caretta –se las suele llamar tortuga boba– y es muy joven, de unos dos años. Fue hallada en Bañugues "al borde de la muerte", según González, hace ahora dos meses envuelta en plásticos, especialmente alrededor de una de sus aletas, que por ahora han podido salvar, pero cuya amputación aún no se descarta del todo. "Parece estar mejor, ha ganado peso y ya puede mover un poco la aleta mala", se felicitó Alejandro Beneit, que agradeció la colaboración del veterinario Nacho Menes con el equipo del Acuario para acordar el mejor tratamiento para el animal. La tortuga pesaba apenas 1,8 kilos en el momento de su rescate y ya ha ganado unos 200 gramos de peso. Aunque muy poco acostumbrada al trato con humanos, este lunes pudo conocer por turnos a las decenas de personas que se acercaron a la presentación –entre ellas representantes políticos de todos los grupos de la corporación– y al alumnado de segundo curso del Colegio Sagrada Familia de El Entrego, ganadores del concurso de ideas que se lanzó para acordar un nombre para el recinto. Las monitoras del acuario les explicaron que la tortuga enfermó por la cantidad de plásticos que se tiran al mar y los animó a usar bolsas de tela y cantimploras reutilizables y a no usar papel de film para sus meriendas. Más adelante la previsión del Acuario es que algunos de estos animales, cuando ya estén casi recuperados, puedan ser visitados por centros escolares en excursiones programadas.

David Villar, director general de Medio Natural y Planificación Rural, señaló que el Acuario había sido el ganador de una "exigente" convocatoria dotada con 300.000 euros para la puesta en marcha del recinto, una ayuda que se reforzará ahora con partidas anuales por el servido. Dependerá de la demanda, que no es mucha. En todo este año, la que descansa ahora en la nueva nave ha sido la única tortuga rescatada por ahora. Y a las costas asturianas sí pueden llegar una treintena de focas varadas cada año, pero en la mayoría de casos, explicó Villar, se paran en la playa "a descansar" y luego se marchan por su cuenta. "Si alguien ve una, que llame al 112 pero que no se acerque: su dentellada es peor que la de un perro", recordó el director general.

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