Gijón se echa a la calle en el vermú de Nochebuena: "Es el mejor día para disfrutar de los amigos"

"Son fechas para aprovechar y reunirse con gente a la que no ves tanto", coinciden los numerosos grupos que llenan las terrazas de la ciudad

"Es el mejor día para disfrutar de los amigos". Gijón se ha echado a la calle este mediodía para disfrutar del vermú del día de Nochebuena. Las terrazas de los bares de la Ruta de los Vinos o Cimadevilla estaban llenas hasta la bandera de gorros de Papá Noel, cuernos de reno y jerseis navideños para disfrutar con amigos y familia de la agradable y soleada jornada: "Este día es un clásico de la ciudad".

En plena Ruta de los Vinos, hasta arriba de gente, las hermanas Gely y Elena Santos eran quienes más llamaban la atención. La primera iba vestida de arriba a abajo de elfa y, la segunda, de Mamá Noel. "Todo empezó hace unos años con un 'no hay narices', y mira, aquí estamos", explicaban entre carcajadas al unísono, de lo que para ellas es ya casi una tradición y que comenzó como una broma "para echarse unas risas y disfrutar con los amigos". "Es el espíritu de la Navidad. Hay que pasarlo bien y hacer que la gente se divierta", aseguraban mientras juntaban unas cuantas mesas para su grupo de amigos, todos conocidos a través del grupo de Facebook "1001 solteros de Asturias". "Venir con ellas es una experiencia única", apostillaron sus compañeros de fiesta.

A muy pocos metros, y con un panettone ya empezado y varias tabletas de turrón sobre la mesa para acompañar el vermú, otro grupo de amigos empezaba lo que prometía ser un apertivo "muy largo". "Vamos a estar aquí, en esta misma mesa, hasta la hora de cenar", advertía con humor Javier García, rodeado de sus amigos de toda la vida, todos ambientados con diademas de unos originales cuernos de reno. "Algunos están fuerta y en estas fechas aprovechamos para reunirnos. Es lo que más se disfruta", apuntó sobre lo que, para ellos, es ya "toda una tradición" que llevan cultivando "desde antes de la pandema".

Idéntico plan llevaba el grupo de Tamara García. Como todos los años, ella y sus amigas habían quedado en la Ruta de los Vinos para tomar algo y entregarse los regalos del amigo invisible. "Este año tocan calcetines navideños y tazas", desvelaron de la que, para ellas, es una de las jornadas más divertidas y multitudinarias de Gijón. "Siempre hay mucho ambiente, y con este día es una maravilla. Es el mejor día para disfrutar de las amigas", coincidían.

Además de con amigos, la de esta Nochebuena también era una jornada ideal para disfrutar con la familia. Así lo hicieron los Orviz-Mayurí, con raíces en Gijón, Perú y Países Bajos, a los pies de la Cuesta del Cholo. "Nos encanta, nos vamos a quedar a vivir aquí", aseguraba con humor el neerlandés Pablo Botekmars, mientras trataba de escanciar un culete de sidra. "Es lo más rico de todo", apuntaba también "el patrón", el más veterano, Pablo Mayurí. "Es un día perfecto para estar en la calle con la familia. Nos está encantando", destacó también Borja Orviz, el nexo de unión gijonés de toda la familia.

En esta jornada festiva había ambientes de todo tipo. Incluso para los que les gusta la navidad. En la plaza de la Corrada de Cimadevilla se organizó un "Vermú antinavidiego", a cargo de alumnos y profesores de la escuela de música tradicional La Quintana. "Tocamos de todo, menos villancicos", explicaba con una sonrisa en la boca Raquel Vega, profesora del centro, que este mediodía guiaba a la treintena de participantes. "Lo llevamos haciendo unos cuantos años, lo pasamos muy bien y a la gente la gusta", aseguró la instrumentalista, que lucía una camiseta con el Grinch y una pandereta, en medio de una plaza hasta arriba de gente bailando y aprovechando la terraza. En Gijón, esta Nochebuena, había sitio para todos.

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