La figura de la semana | Presidenta de la asociación de vecinos de Nuevo Roces

Graciela Buzón, una madre luchadora con alma "gamer"

Aficionada a los videojuegos y antigua practicante de kárate, se desvive por su hija y se relaja con el ganchillo y los paseos por La Providencia

Graciela Buzón.

Graciela Buzón. / Mortiner

Graciela Buzón de Álvaro asumió el pasado octubre la presidencia de la asociación vecinal de Nuevo Roces. Una responsabilidad que le llegó de sopetón. Miguel Bernardo, antiguo líder vecinal del barrio, su predecesor, se lo propuso. No se lo creía. Jamás hubiese imaginado que el que considera su "‘maestro Jedi’ de la lucha vecinal", el que le inculcó el espíritu combativo para velar por los intereses de su bario, fuese a proponerle que recogiese el testigo. La "padawan" se cortaba la trenza.

Nacida en mayo de 1984 en Oviedo, la infancia de la pequeña Graciela estuvo marcada por la separación de sus padres, Joaquín y Ana Jimena, unas circunstancias que forjaron un carácter luchador. Vivió en Langreo, Córdoba o Madrid, donde trabajó en una escuela de negocios. Se formó como psicóloga y, además, realizó un ciclo formativo de Grado Superior en Administración y Finanzas y un máster en Gestión de Proyectos. Aun "carbayona" de nacimiento, Graciela Buzón encontró en Nuevo Roces el contexto idílico para desarrollarse y formar una familia. Allí también reside su madre. Antes de marcharse a la capital española en busca de oportunidades laborales, vivió en El Llano.

Graciela Buzón, a la que le tira la tierrina, está volcada con el crecimiento de su hija, Lía Buzón, de dos años y medio de edad. Se desvive por ella. Conoció a su marido, Romero Feito, en 2018, por internet. Quedaron y surgió la llama del amor. Eso sí, tienen sus "rocecillos". Él aprieta para tener un gato, pero no es capaz de arañarle un sí. Se casaron el año pasado en el Ayuntamiento. La líder vecinal de Nuevo Roces posee varias bazas para desconectar de la rutina. Más allá de manidos pasatiempos como el cine y las series, se relaja haciendo ganchillo. Es una manera de poner el cerebro en piloto automático. Y, sobre todo, le encantan los juegos de ordenador. Es una auténtica "gamer", si bien la maternidad le ha restado tiempo para darle al teclado y al ratón.

Convertirse en presidenta vecinal no estaba entre las prioridades de Graciela Buzón, que años atrás comenzó a asistir regularmente a las reuniones de la junta directiva. Era, asimismo, un método para distraerse. Para tal fin también le gusta pasear por zonas de calma, alejadas del ruido. El mirador de La Providencia o El Rinconín figuran entre sus espacios predilectos. No es mucho de playa, pero no le hace ascos a contemplar el mar.

En cuanto al deporte, Graciela Buzón es un "rara avis". Quiere que le vaya de perlas tanto al Sporting como al Oviedo. Insólito. La afición por el fútbol la sacó de su padre Joaquín, argentino. Eso va en la sangre. De hecho, durante su estancia madrileña, Graciela fue en alguna ocasión a ver partidos del Sporting. Practicó kárate, una disciplina que poco a poco fue dejando de lado. Llegaba el periplo universitario y el ocio se comió el tiempo del deporte.

Como estudiante de Administración y Finanzas, recibió una beca para cursar una temporada en Leeds, en Inglaterra. Una etapa para curtirse. En el momento de mesa y mantel, las croquetas son la debilidad de Graciela Buzón, una mujer que rememora con nostalgia la época en la que se juntaba con varios amigos para disfrutar de juegos de rol hasta las tantas de la madrugada en algún bar del centro de la ciudad. Qué recuerdos tiene de aquellos ratos de "Dragones y mazmorras".

Graciela Buzón se muestra agradecida con los Servicios Sociales gijoneses y con el servicio de ayuda a domicilio. Su madre sufrió un accidente de tráfico hace casi dos décadas. Un episodio que cambió el rumbo de sus planes. Desde entonces, Buzón no escatima en esfuerzos para apoyar a su progenitora. En Nuevo Roces, Graciela ha hallado su sitio. Ambiciona más parques infantiles para que el barrio se adapte a la juventud de sus habitantes. Sus primeros meses como presidenta vecinal denotan que la insistencia para perseguir los objetivos tiene premio. Nuevo Roces iniciará los trámites este año de su centro municipal integrado, equipamiento que consideran indispensable para una zona con la población en alza. Para Graciela Buzón, una "friki" de los videojuegos, las asociaciones vecinales y los ayuntamientos libran batallas de David contra Goliat. Buzón, a sus 39 años, personifica la arrolladora energía de un barrio que no quiere dejar de crecer. Como fan de las nuevas tecnologías, la líder vecinal de Nuevo Roces desea que su hogar se enganche al futuro para que su hija, la pequeña Lía, tenga el mejor entorno posible para desarrollarse. Seguro que lo hará.

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