El tiempo "se vuelve loco" en Gijón: de una mañana de playa a una tarde cerrada por la bruma

"Es un placer; veníamos de muchos días de lluvia", celebraban los bañistas en San Lorenzo antes de la llegada de la niebla

La iglesia de San Pedro "desaparece" del horizonte de Gijón: el curioso efecto óptico que ha sorprendido a los paseantes en la playa de San Lorenzo

R. G.

Los gijoneses se despertaron este miércoles con una mañana veraniega. El sol brillaba sobre un cielo azul y los termómetros llegaron a alcanzar los 21,2 grados a eso de la una del mediodía, la cifra más alta de la región a esas horas, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Con este panorama, y tras varias semanas de cielos plomizos, frío, lluvia y viento a cuenta de las borrascas "Louis" y "Mónica", centenares de gijoneses aprovecharon la oportunidad de ir a disfrutar del día a San Lorenzo. "Es un clima de verano. Estamos encantados", afirmaba Alicia Manso, en el pedreru de San Pedro, pese a que reconocía que las temperaturas no son las normales para estos últimos días del invierno: "Se nota el cambio climático; se adelanta".

"Salí en pantalón largo y me fui a cambiar porque tenía mucho calor", afirmó Rocío Luengo, que como muchos de los que este miércoles se dejaron caer por la playa acudió junto a su mascota para dar un paseo. "Es un placer. Sobre todo con la perra ("Bimba"), que dentro de dos meses ya no puede venir, porque se les prohíbe el acceso a la arena a partir del 1 de mayo", explicó Luengo, que también aprovechó la soleada mañana para seguir preparando las oposiciones a maestro de Educación Primaria en el pedreru de San Pedro. "Estudio en casa, pero aquí repaso al aire libre, que se está a gusto", señaló.

Un plan similar al de Bárbara Suárez, que se presentará a oposiciones de la Seguridad Social. "Tengo que estudiar en alto, por lo que aquí se estudia bien", expresó Suárez, bañista asidua, que cuenta los días para la llegada del 20 de marzo. "Se nota que llega la primavera. Esto sirve para desconectar y coger vitamina D", recalcó.

En el otro extremo de San Lorenzo, en el Tostaderu, se hallaba Agustín de la Torre junto a sus amigos. "Venimos todo el año cuando tenemos sol, porque estamos resguardados", relató De la Torre, que desde el martes nota "que se empieza a animar más gente de la habitual". "Normalmente somos diez, pero hoy está el día de maravilla. Está la primavera adelantándose un poco", desarrolló. También hubo vecinos como Enzo Buzid que optaron por tumbarse sobre sus toallas en el arenal. "Vivo cerca, vi el sol y me vine para acá", dijo Buzid, argentino que llegó a Gijón en noviembre. "Hasta ahora hubo muchos días de lluvia", anotó Buzid, quien todavía se resiste a bañarse. "A fin de mes si sigue así. lo haré", agregó.

Quien sí aprovechó el mediodía cálido para sumergirse en las aguas del Cantábrico fue Alejandro Hidalgo, gaditano que reside en Gijón desde 2011. "Procuro bañarme todo el año. Es el primer día que brilla el sol con fuerza y la playa está muy animada", subrayó el gaditano, al que también le pilló por sorpresa el ascenso de las temperaturas: "Otros años hasta abril no empezaban los días agradables para meterse en el agua". Las altas temperaturas en contraste con el frío del agua hicieron que el azul del cielo se tiñese de gris bruma a lo largo de la tarde, cerrando así el invernal día de playa.

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