Historias del tren: Una vida a bordo del tren junto a Selva y Luna

Carmen López, campeona del mundo de surf adaptado, utiliza el cercanías para ir a entrenar a las playas asturianas junto a sus perras guía: "Tiene mucho más espacio que el autobús"

HISTORIAS DEL TREN: La vida a bordo del tren de la campeona de surf Carmen López

Amor Domínguez

Joaquín A. Cuesta

Joaquín A. Cuesta

Seguro que a todo el mundo le suena el nombre de Carmen López, una joven campeona del mundo de surf adaptado que desafió a la oscuridad que la envolvió a los siete años debido a un glaucoma. Sin embargo, López no sólo encontró la luz en su vida sino que, contra todo pronóstico, se convirtió en una auténtica campeona. Esta joven no solo desafió la ceguera, sino que también encontró en el tren de cercanías su aliado inseparable para alcanzar sus metas. Con sus fieles compañeras, las perritas guía "Luna" y "Selva", la surfista viaja a diario en el tren por los impresionantes paisajes asturianos, desde Trubia hasta las doradas playas que acogen sus entrenamientos.

"Lo usaba mucho cuando iba a clase a Trubia y ahora lo uso sobretodo cuando voy con las perrinas a la playa. Para mí es una ventaja respecto al autobús porque vas con más sitio y con los perrinas, que forman parte de mi vida, porque son mis ojos", comparte López. Con una sonrisa, la surfista revela que desde su infancia, el tren fue más que un medio de transporte; fue su refugio, su escuela, su lugar de juegos y aprendizaje. "Yo siempre utilicé tren desde que era un bebé porque tenía que viajar a Madrid para las revisiones del oftalmólogo y llenaba cuadernos enteros de dibujos de cosas. El tren tiene esa parte que todo el mundo dice que te da tiempo para hacer cosas", recuerda.

En esos viajes, López no solo se sumergió en el mundo del braille y la escritura, sino que también aprendió a jugar a las cartas, encontrando entre las estaciones una escuela de vida única. "Me habían dado una máquina de escribir en braille, una máquina Perkins, y un portátil. Con todo ello podía hacer los deberes ahí", asegura.

Pero no solo ella disfruta de los beneficios del tren. Sus perritas guía, Luna y Selva, también son tratadas con amabilidad por parte del personal ferroviario. "Me pasó una vez que fui con ‘Luna’ a una conferencia que tenía que dar en Madrid. Me entró el hambre y fui a comer algo. En el vagón de la cafetería, me dijo la camarera: ‘Oye, ¿le puedo dar algo que tengo ahí a la perrina?’ Y yo como, madre mía, esta perra tiene suerte hasta en el tren, y a mí, a mí nunca nadie me da nada", bromea. Con el tiempo, López ha vivido la transición de "Luna", su compañera fiel durante 12 años, que ahora disfruta de su merecido descanso.

A pesar de los desafíos, Carmen López no se detiene. Después de su participación en el Mundial de surf adaptado, donde regresó con un bronce, la surfista asturiana continúa su viaje "intentando estar en la mejor forma posible". "No quiero ponerme metas a largo plazo, pero quiero intentar estar en las mayores competiciones posibles y dar lo mejor de mí", asegura.

La historia de Carmen López nos enseña que, a veces, las olas más impresionantes se encuentran en la vida diaria y que, con valentía y determinación, se pueden surfear incluso en la oscuridad.