Oviedo / Washington,

E. F. / Efe

Los aspirantes presidenciales demócratas, Hillary Clinton y Barack Obama, se enfrentaron ayer en las primarias de Pensilvania -marcadas por una alta participación-, en las que la senadora por Nueva York, favorita en las encuestas, necesitaba una victoria clara para mantener sus esperanzas, informó «Efe».

Según los analistas, para ser útil a Clinton, la diferencia sobre Obama debería ser de 10 a 20 puntos, ya que, si no, la volvería irrelevante el sistema proporcional que usan los demócratas en la atribución de delegados a la convención presidencial del mes de agosto. Sin embargo, las encuestas de los últimos días han venido concediendo a la senadora por Nueva York una ventaja media de seis puntos sobre su colega por Illinois.

Al cierre de esta edición, anoche, se desconocía el resultado de las primarias, ya que los más de mil colegios electorales del Estado, que abrieron a la una de la tarde (hora española), no cerraron hasta las dos de la madrugada.

En total, son 187 los delegados en juego en Pensilvania. Obama supera, según «The Washington Post», en 139 a Clinton. Más exactamente, el senador cuenta con 1.648 por 1.509 de su rival. Obama ha obtenido desde el inicio de las primarias unos 800.000 votos más que Clinton, aunque esto es irrelevante a efectos de nominación.

Pese a esta ventaja del senador, el ex presidente de EE UU Bill Clinton se quejó ayer de que si los demócratas aplicasen el sistema mayoritario que siguen los republicanos, su esposa tendría unos 300 delegados más que Obama. Con el sistema proporcional demócrata, añadió, el candidato republicano, John McCain, no habría logrado aún su nominación.

Una de las claves de la elección de ayer es que una amplia victoria de Clinton le daría fuelle para las nueve primarias que faltan y le permitiría convencer a los superdelegados -miembros no electos de la convención presidencial- de que ella es la candidata. Se estima que el voto de los superdelegados será el que decida finalmente, si es que Clinton no pincha antes.