Jerusalén, Agencias

Una ley militar israelí cuya vaga formulación abre la posibilidad a deportaciones masivas en el territorio ocupado de Cisjordania entró ayer en vigor. Aprobada hace seis meses, la norma flexibiliza la definición de «infiltrado» en Cisjordania y permite al Ejército israelí expulsar a todos los residentes que no tengan «permisos válidos» emitidos por las autoridades del Estado judío.

El enunciado es tan genérico que, según alertan diversas ONG, convierte en potencial delincuente a todo residente en Cisjordania, excepto los colonos judíos, la inmensa mayoría con ciudadanía israelí.

El Ejército se ha apresurado a aclarar que, «evidentemente, la norma no se aplica a los residentes legales en la zona, que están inscritos en el censo», sino a quienes «entren o se queden en ella sin permiso».

De acuerdo a su definición desde 1969, los «infiltrados» eran las personas que permanecían ilegalmente en territorio israelí tras pasar por alguno de los países entonces considerados enemigos: Jordania, Egipto, Siria y Líbano.

El nuevo enunciado permite el encarcelamiento durante un máximo de siete años o la deportación de aquellos residentes en Cisjordania sin permiso, que se estiman en decenas de miles. Así, por ejemplo, de los habitantes de Cisjordania (donde viven unos dos millones y medio de palestinos) en cuyo documento de identidad figure como lugar de residencia la franja de Gaza.

El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, aseguró ayer a «Efe» que la nueva norma militar supone una «declaración oficial de la transformación de la ocupación (israelí) en un régimen de apartheid».

Erekat advirtió de que este tipo de medidas «empujan a los palestinos a la violencia, el extremismo y el derramamiento de sangre» y «sabotean los esfuerzos» por reactivar el proceso de paz en Oriente Medio.

La Liga Árabe tachó de racista la norma, Siria dijo que supone «adoptar la limpieza étnica como política» y la UE pidió aclaraciones a Israel. Después de recibirlas, dijo el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, «reaccionaremos».

Entre tanto, dos milicianos palestinos de la Yihad Islámica murieron ayer en un intercambio de fuego con soldados israelíes en Gaza. Y, según la edición digital del diario israelí «Yediot Aharonot», la Policía de Tel Aviv vigilará la ciudad en tiempo real por medio de 3.000 cámaras de seguridad actualmente ubicadas en negocios o edificios públicos.