Londres / Oviedo,

Agencias / L. M. S.

El nuevo primer ministro británico, el conservador David Cameron, y su «número dos», el liberal demócrata Nick Clegg, presentaron ayer el Gobierno que sus dos partidos han formado como el comienzo de una nueva era en la política del Reino Unido. Un Gobierno que, anunciaron, tiene vocación de aguantar toda la legislatura.

«Tenemos no sólo un nuevo Gobierno, sino una nueva política, en la que el interés nacional está por encima del de los partidos», declaró Cameron en su primera rueda de prensa como jefe del Ejecutivo, en la que lo acompañó Clegg.

El Gobierno de «tories» y «lib dem» es el primero de coalición que se forma en el Reino Unido desde 1940, cuando Winston Churchill pidió a los británicos «sangre, sudor y lágrimas» para combatir a los nazis.

Aunque no citó a su antecesor, Cameron parecía tenerlo presente cuando ayer dijo que la unión con sus antiguos rivales supone un cambio en la política británica de proporciones «históricas y sísmicas».

Clegg insistió a su vez en que el nuevo Gobierno «será duradero», pese a las diferencias entre sus partidos, porque están unidos en el propósito de tener un Ejecutivo estable. «Hasta hoy éramos rivales y ahora somos colegas, y eso es algo que dice mucho sobre esta nueva política», dijo el nuevo viceprimer ministro.

Para demostrar «la profundidad y fortaleza» de su alianza, Cameron recordó los seis ministros que tendrá el partido de Clegg en el nuevo Gobierno de coalición y aseguró que habrá representantes de sus aliados en todas las áreas de gobierno. Los liberales demócratas ocuparán, entre otras, las carteras de Medio Ambiente (Chris Huhne) y Negocios y Bancos (Vince Cable). En cuanto a los conservadores, ocuparán, como carteras más destacadas, Economía (George Osborne), Exteriores (William Hague) e Interior (Theresa May, la única mujer).

Frente a la aparente sintonía entre los dos líderes, no faltan en sus partidos los escépticos que dudan de la viabilidad de una coalición con dos formaciones muy distantes.

Para lograr la alianza, ambos han cedido, pero parece que son los liberales demócratas los que han hecho los mayores sacrificios programáticos. Así, han accedido a los planes conservadores de reducir el déficit estatal en 6.000 millones de libras (7.020 millones de euros) con recortes de gasto público este mismo año.

Además, el partido de Clegg, hasta ahora el más europeísta del país, ha accedido a la exigencia «tory» de someter a referéndum toda futura transferencia de competencias a Bruselas y a no adoptar la moneda única europea mientras dure la legislatura, de cinco años.

A cambio, los «lib dem», ansiosos de reformar el sistema electoral, sólo han logrado arrancar a sus aliados un referéndum sobre el llamado «sistema alternativo», que tiene en cuenta las segundas preferencias de los electores para sumar votos hasta que un candidato obtiene la mayoría absoluta.

Mientras tanto, el ex ministro de Exteriores David Miliband se convirtió ayer en el primer laborista que presenta su candidatura a suceder a Gordon Brown.