Oviedo, Eugenio FUENTES

La conmoción y un clamor de condena recorrieron ayer todo el mundo, desde EE UU a Indonesia y desde Marruecos a China, en respuesta al baño de sangre provocado por Israel en aguas internacionales al asaltar por mar y aire a la flotilla internacional humanitaria que pretendía romper el bloqueo que vive la franja de Gaza desde el final de la operación «Plomo Fundido» de diciembre de 2008.

Entre una y dos decenas de personas -nueve según Israel, hasta 20 según algunas fuentes palestinas y humanitarias- perdieron la vida en el ataque, que desencadenó la reunión, ayer mismo por la tarde, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al que las autoridades palestinas pidieron «una respuesta decisiva» contra Israel.

El convoy marítimo, conocido como Flotilla de la Libertad, estaba compuesto por seis embarcaciones, fletadas por la ONG turca IHH y transportaba a más de 750 activistas de entre 40 y 60 nacionalidades. Entre los viajeros figuraban tres cooperantes españoles que, según Madrid, se encuentran bien (véanse página 33 y última). Junto a ellos había al menos una docena de diputados europeos, la premio Nobel de la Paz de 1976, la norirlandesa Mairead Corrigan Maguire; y el mundialmente conocido autor de novela negra sueco Hanning Mankell, el «padre» del inspector Wallander.

Los navíos llevaban 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para la población gazací, que incluía material educativo y de construcción, un centenar de casa prefabricadas y medio millar de vehículos eléctricos para discapacitados.

Más allá de la aportación material, la voluntad de los componentes de la expedición era romper el bloqueo a Gaza y eso era lo que bajo ningún concepto estaba Israel dispuesto a permitir, tal y como señaló anoche ante el Consejo de Seguridad. Israel calificó, además, a IHH de grupo radical antioccidental y lo vinculó tanto a los radicales islámicos palestinos de Hamas como a la red terrorista Al Qaeda. La ONU instó, por su parte, a Israel a dar «explicaciones concretas» y a abrir una investigación exhaustiva.

El ataque se inició poco antes del amanecer, hacia las cuatro de la mañana locales, cuando a 90 millas de la costa (unos 160 kilómetros), en plenas aguas internacionales, dos helicópteros israelíes con comandos de elite a bordo se posaron en la cubierta del «Mavi Mármara», el buque insignia de la flotilla, de tripulación y pasaje turcos en su casi totalidad. Este abordaje, que desencadenó un fuerte enfrentamiento, encendió la mecha de una tragedia que, en parte, fue transmitida en directo por un canal de televisión turco y otro árabe. Testigos presenciales citados por Efe explicaron en los primeros compases de los hechos que los comandos bajaron de los helicópteros a sangre y fuego, masacrando a varias de las personas que se encontraban en cubierta, algunas de ellas durmiendo.

Esta versión difiere notablemente de la sostenida por Israel, que, a lo largo, del día difundió varios vídeos para probar que sus soldados fueron atacados. En algunos de ellos se pueden ver canicas y tirachinas. Según el Ejército hebreo, sus soldados fueron recibidos con barras de acero, petardos, armas blancas, bombas de gasolina y otras armas propias de la violencia callejera, que hirieron de gravedad a dos soldados y desbordaron su intención inicial de emplearse como simples antidisturbios. Israel añadió que uno de sus militares fue lanzado desde una de las cubiertas a otra inferior, sufriendo heridas de consideración.

El alto mando del Ejército israelí sostiene que el momento en el que el enfrentamiento viró a la tragedia fue cuando dos activistas antibloqueo consiguieron arrebatar sus armas a dos soldados judíos y las utilizaron para repeler el abordaje. A partir de ahí, la sangre no dejó de correr.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que regresó a Israel desde Canadá, anulando una entrevista en Washington con el presidente Obama, lamentó la existencia de víctimas mortales, pero fue taxativo al afirmar que si sus soldados no se hubieran defendido de la agresión de los activistas, habrían muerto ya que, añadió el líder derechista, fueron «atacados deliberadamente».

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