Bogotá / Oviedo

El Ejército colombiano rescató entre ayer y el domingo a cuatro uniformados que llevaban desde 1998 años en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El rescate, a una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, ha sido interpretado como un mensaje del Gobierno de que no está dispuesto a dialogar si antes no son liberados todos los rehenes.

El general Luis Mendieta, el coronel Enrique Murillo, el sargento Arbey Delgado y el coronel William Donato llegaron ayer por la tarde (hora española) a la capital colombiana en un avión militar procedente del departamento de Guaviare (sur), donde se llevó a cabo la operación.

El operativo se basó en una «infiltración» de militares que se extendió durante unos seis meses, según informó el ministro de Defensa, Gabriel Silva, quien aclaró que se trató de una acción que no contó con el apoyo de Estados Unidos. «Exigimos a las FARC que suelten a los 19 secuestrados que aún mantienen encadenados y en condiciones inhumanas, exigimos que los liberen o vamos a ir por ellos», advirtió Silva.