Oviedo / Ginebra, L. M. S. / Agencias

Estados Unidos no descarta «ninguna acción» para derrocar a Muamar el Gadafi y ayer anunció que está «reubicando» sus fuerzas navales y aéreas en el Mediterráneo y el norte de África para situarlas más cerca de Libia. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, no relacionó esos movimientos con una intervención militar, sino con la probabilidad de que algunos barcos y aviones de la V Flota sean requeridos en el futuro para una operación de rescate de refugiados.

El Pentágono no quiso revelar para qué podrían ser necesarios esos efectivos militares. «Estamos llevando los buques más cerca de Libia (para actuar) en caso necesario», se limitó a decir el portavoz David Lapan. Sin embargo, EE UU cuenta con algunos aliados para imponer una zona de exclusión aérea para impedir a los cazas de Gadafi bombardear a la población.

Clinton habló ayer en Ginebra ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. «Estamos trabajando con otras organizaciones para buscar una solución humanitaria a la crisis, pero al mismo tiempo seguimos explorando otras acciones», explicó.

Desde Londres, el primer ministro británico fue más claro. Ante los Comunes, David Cameron afirmó: «No descartamos de ninguna forma el uso de efectivos militares». Cameron defendió abiertamente imponer la zona de exclusión aérea para que Gadafi no pueda bombardear a los civiles.

Sin embargo, de momento esta iniciativa sólo «es una opción», dijo Clinton en Ginebra, y «un asunto complicado que aún está en estudio», añadió la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton. Hasta ahora, sólo Australia e Italia, que ha ofrecido sus bases, la han respaldado abiertamente. Roma cree que Gadafi puede tardar «semanas en caer».

Desde la Casa Blanca, el portavoz, Jay Carney, señaló que el exilio del dictador libio también «es una de las opciones», pero, por si acaso, la comunidad internacional dio ayer pasos concretos para acabar con su régimen. La UE asumió el paquete de sanciones decidido por la ONU, pero extendió el embargo de armas a los materiales antidisturbios y amplió a 25 la lista de altos cargos libios que no podrán viajar a territorio de la UE. Además, el Reino Unido congeló 1.000 millones de sus activos en el país y Estados Unidos, otros 21.700.

Pero el líder libio sigue desafiante y en una entrevista concedida a la cadena estadounidense ABC aseguró: «Mi gente me ama y moriría para protegerme».

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, lamentó ayer que la comunidad internacional «dé prioridad» a la estabilidad y el petróleo «por encima de los derechos humanos» en Libia y exigió que se protejan los derechos de los solicitantes de asilo y de los emigrantes que huyen de la violencia. La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) evacuó ayer a 900 emigrantes egipcios llegados a Túnez desde Libia, en lo que supone el comienzo de una evacuación masiva de refugiados. En la foto, egipcios que ya han pasado a Túnez.