El Cairo / Beirut, Agencias

Siria puso ayer condiciones al cumplimiento del plan de paz del enviado de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, que debería empezar a aplicarse antes de mañana. El régimen, que ha matado a más de 180 personas desde el viernes, exige ahora que los rebeldes cesen la violencia antes de empezar a retirar sus tropas.

Annan se declaró «consternado» por el aumento de la represión. «(Estas acciones) violan lo acordado conmigo», advirtió Annan, quien definió el aumento de la violencia de «inaceptable».

Pero Damasco hizo oídos sordos a los ruegos y advertencias del mediador al considerar, a través de un comunicado del Ministerio de Exteriores, que Annan aún no ha aportado «garantías escritas» de que los rebeldes hayan detenido sus operaciones y entregado sus armas.

Esta nueva exigencia de Bachar al Asad fue rechazada de plano por el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), que, por su parte, reclamó que sea el régimen el que demuestre que ha cumplido su compromiso de frenar las hostilidades.

«Si el régimen quiere comprometerse con el alto el fuego y la liberación de los detenidos, que presente garantías de los países miembros del Consejo de Seguridad (de la ONU) de que va a hacerlo, y luego nosotros las presentaremos también», subrayó en declaraciones a «Efe» el «número dos» del ELS, Malek Kurdi.

Además, el régimen sirio también solicitó que Qatar, Arabia Saudí y Turquía se comprometan por escrito a dejar de financiar a estos grupos, dos días antes de que venza el plazo del día 10.

En cuanto a este ultimátum, el portavoz sirio de Exteriores, Yihad Maqdesi, aseguró que las declaraciones de Annan se interpretaron de manera «errónea» cuando la pasada semana aseguró ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Siria había aceptado una fecha límite para aplicar su plan.

Según este esquema, Siria tiene hasta mañana para aplicar la iniciativa de Annan, que prevé el fin de la violencia y la retirada de las tropas desplegadas en las ciudades y sus alrededores, y hasta el jueves para poner fin a las hostilidades.

Con estas reservas, el régimen condiciona su compromiso al plan de paz, al tiempo que recuerda el fracaso de la anterior misión de observadores de la Liga Árabe, que apenas permaneció un mes en el país hasta el pasado enero debido al repunte de la violencia.

A tenor de esta marcha atrás de Damasco, el «número uno» del ELS, el coronel desertor Riad al Asaad, dijo ayer que el plan de paz de Annan está destinado al fracaso porque el Gobierno sirio no lo pondrá en práctica.

«Hemos dado nuestra palabra de que si el régimen se compromete con el plan, nosotros también lo haremos. Somos honestos», señaló Riad al Asaad.