El presidente saliente de EE UU, Barack Obama, inició ayer en Atenas su gira de despedida de Europa, un viaje planificado hace tiempo pero que ha cobrado una especial dimensión tras el triunfo del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de la pasada semana. Obama ha convertido la gira en una reafirmación del compromiso de EE UU con sus aliados europeos, aunque no ha podido evitar que se trasluzca cierta incertidumbre en sus palabras.

El líder demócrata aseguró en la capital helena que trabaja para que su sucesor siga dando la misma importancia a las relaciones transatlánticas. Durante la campaña, Trump aseguró que los europeos tendrán que pagarse su defensa y que la OTAN es una estructura "anticuada" producto de la Guerra Fría, a la vez que expresaba su simpatía por el presidente ruso, Vladimir Putin, cuyas relaciones con Europa no viven el mejor momento desde la crisis de Ucrania y la anexión de Crimea.

Obama ha rodeado su llegada a Europa de una batería de declaraciones, que inició el lunes por la noche, destinadas a generar un ambiente de calma. Así explicó que en su reunión de la pasada semana con Trump en la Casa Blanca, este le trasladó su apoyo a la continuidad de la OTAN, idea en la que pretende insistir durante su gira, que culminará mañana en Berlín en una reunión con los máximos dirigentes de Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido. "No hay un debilitamiento" del compromiso de EE UU, enfatizó, antes de añadir que "estas alianzas no son solo buenas para Europa. Son buenas para Estados Unidas y son vitales para el mundo".

En este contexto, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, hizo ayer unas curiosas declaraciones que algunos medios de comunicación, los menos, han entendido como una ironía. Stoltenberg sostuvo que "Trump dijo durante la campaña que es un gran fan de la OTAN. Estoy seguro", añadió, "de que cumplirá todos los compromisos de la Alianza, porque una OTAN fuerte es importante para Europa pero también lo es para Estados Unidos".

El máximo representante de la OTAN no evitó, sin embargo, recordar que Trump también ha señalado que los países europeos deben invertir más en su defensa, una vieja reinvindicación de EE UU, y un mensaje, añadió, en el que han coincidido "los líderes de la UE durante muchos años".

Sindicalistas y activistas de izquierda se enfrentaron ayer a la Policía en Atenas (en la foto) en el curso de protestas por la visita del presidente saliente de EE UU, Barack Obama, a Grecia. Obama se reunió con el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, ante quien reconoció los "progresos" logrados por Grecia tras unos años "dramáticos" en el terreno económico. El líder demócrata prometió que Washington seguirá trabajando "codo con codo" con el Gobierno griego pese al relevo en la Casa Blanca.