El Partido Popular Europeo (PPE), reunido ayer en La Valeta (Malta), prefirió mirar hacia dentro y resaltar la unidad que los Veintisiete deben mantener tras activarse el miércoles el proceso para la salida del bloque del Reino Unido.

No hubo ninguna mención al "Brexit" salvo la del primer ministro irlandés, Enda Kenny, que no quiere que la frontera entre su país y la provincia británica del Ulster sea considerada una frontera exterior de la Unión después del abandono británico. La advertencia de más peso la lanzó desde París el presidente francés, François Hollande, que reiteró lo dicho el miércoles por Merkel, pero con otras palabras: no se empezará a hablar de la relación futura hasta que haya "progresos" en la negociación sobre la salida y el Reino Unido cumpla sus compromisos.

Todas las demás intervenciones, caso de las de Merkel y Rajoy, versaron sobre la fortaleza y la unidad de los países que seguirán dentro del bloque. Pero cada uno lo hizo a su manera. La canciller afirmó que "la UE tiene que hacer frente a los desafíos que se avecinan con valor y confianza", mientras que el jefe del Ejecutivo aprovechó la ocasión para cargar contra los populismos, que traen "soluciones sencillas a problemas complejos" y "sólo generan insatisfacción". El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, resumió: "Paradójicamente hay algo positivo en todo esto, hace que el resto de 27 países estén más unidos y determinados en los valores que nos unen".