El escollo gibraltareño con el que se ha encontrado la aprobación del acuerdo sobre el "Brexit" sigue vivo cuando apenas faltan 72 horas para que el domingo se reúna el Consejo Europeo que debe darle el preceptivo visto bueno por unanimidad. La primera ministra británica, Theresa May, contribuyó ayer a consolidar las dificultades al proclamar que su Gobierno no excluirá a Gibraltar de las negociaciones con la UE sobre la relación futura tras el periodo de transición.

Madrid quiere blindar el principio -aceptado en abril de 2017 por todos los socios comunitarios en sus orientaciones políticas para la negociación- de que tras el Brexit "ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin el acuerdo" de España, lo que equivale a conceder veto al Gobierno español. Sin embargo, este blindaje no está contemplado en el acuerdo de "Brexit" alcanzado la pasada semana entre Londres y Bruselas.

"Queremos un acuerdo que funcione para toda la familia de Reino Unido", anunció ayer May en la Cámara de los Comunes, horas antes de viajar a Bruselas para evaluar con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el estado de la negociación del documento político sobre la relación futura, que todavía no está concluido. Tras la reunión de May y Juncker, ambos dirigentes explicaron que han alcanzado "grandes progresos", aunque no especificaron en qué ámbitos. "El trabajo continúa", afirmó una portavoz de la Comisión tras la reunión.

En su comparecencia ante la Cámara de los Comunes -donde encontrará serias resistencias a la aprobación del acuerdo-, May fue preguntada por el extendido temor a que España quiera "excluir a la gente de Gibraltar" de las discusiones sobre la relación futura entre Reino Unido y la UE.

May dejó claro que no permitirá "bajo ninguna circunstancia" que las garantías a Gibraltar, que no especificó, puedan estar en riesgo e insistió en que su Gobierno es "absolutamente firme" en su defensa de Gibraltar. La jefa del Gobierno británico afirmó que el Peñón estará "cubierto" en las futuras negociaciones y resaltó que ya ha estado "plenamente implicando" en la fase previa de diálogo.

La líder conservadora añadió que el protocolo sobre Gibraltar incluido en el acuerdo de "Brexit" forma parte de un "amplio abanico" de compromisos suscritos entre Londres y Madrid para mantener la "cooperación" en los próximos meses, en alusión a cuatro memorandos de entendimiento y a un acuerdo fiscal.

La inesperada ofensiva de España, un país tradicionalmente alineado con los planes de la Comisión, ha generado "preocupación" entre el resto de países europeos. Un diplomático de la UE advirtió incluso de una eventual "ruptura de todo el acuerdo" si se reabre el texto siguiendo las reclamaciones europeas. En todo caso, España ha avanzado la posibilidad de que el asunto de Gibraltar quede explicitado en la declaración política que se está cerrando estos días sobre la relación futura. El problema es que ese documento no genera vinculación jurídica.

En mitad de esta crisis diplomática, la canciller alemana, Angela Merkel, expresó ante el Parlamento de su país la esperanza de hallar antes del domingo una solución al problema planteado por España sobre el Peñón. Sin embargo, Merkel reconoció no saber "cómo" se solventará.