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Parejas del mismo sexo, una igualdad todavía no real

Parejas casadas y grupos de gais, lesbianas y bisexuales reivindican una igualdad que todavía no es real en el décimo aniversario de la aprobación en España de la ley que regulariza su situación

Patxi Wasselle y David Málaga celebraron en marzo su primer aniversario de casados. Ovidio Parades e Íñigo Rodríguez cumplieron en abril cinco años como matrimonio. Melania Fraga e Irene Saavedra harán siete años de casadas en agosto. Las tres parejas miran atrás y piensan en un día como hoy de hace 10 años, el día en el que se aprobó en España la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, y se sienten orgullosos.

También lo está Carlos González. Tiene 24 años y todavía no piensa en casarse, pero se siente bien sabiendo que él y su chico, con el que lleva casi tres años de relación, podrán hacerlo como cualquier pareja heterosexual. También lo están Vega Abad y Olivia Rey. Llevan viviendo juntas dos años y quieren casarse y tener hijos en un futuro próximo.

La ampliación del derecho al matrimonio que promovió el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005, con el apoyo del socialista madrileño Pedro Zerolo, recientemente fallecido por un cáncer de páncreas y que ayer recibió un homenaje en la capital coincidiendo con el décimo aniversario de esta ley; situó al país en la cabeza de la lucha por la normalización e igualdad de las lesbianas, los gais, los transexuales y los bisexuales (LGTB). España se convirtió en el primer país del mundo en igualar los derechos de un matrimonio entre un hombre y una mujer al de uno entre dos personas del mismo sexo. Por eso, estas parejas están hoy de celebración, pero también recuerdan que todavía queda mucho para que la igualdad total sea real. Siguen sufriendo discriminaciones en la calle, están mal vistos por una parte de la sociedad que les mira raro ante cualquier muestra de afecto público, siguen existiendo casos de acoso escolar a los menores LGTB, muchos siguen obligados a ocultar su orientación sexual por miedo al rechazo en algunos sectores de su vida, y siguen teniendo verdaderas complicaciones para formar una familia. Las parejas heterosexuales están por delante en las listas de adopción, un juez tiene que aprobar el reconocimiento de la doble maternidad antes de que nazca el hijo biológico de un matrimonio de dos mujeres y el vientre de alquiler sigue estando prohibido en España. Por eso, aunque están orgullosos, no ha cesado su reivindicación.

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