Luchas faraónicas, mundos que se quedan sin música o monstruosas criaturas que acechan tras las esquina. La imaginación de los diseñadores de videojuegos asturianos echa humo. El objetivo es tener la mejor idea para un mercado cada vez más competitivo. El sector está creciendo con fuerza en la región, y llega el momento en el que muchos de los estudios están lanzando a la venta sus creaciones tras años de trabajo, meses de pruebas y horas corrigiendo errores. La apuesta está echada. Todos los detalles están cuidados hasta el milímetro, los gráficos, la historia e incluso la música. "Esto es como una selva, hay que buscar cómo destacar", afirma Jonathan Rivas, de Whoot Games.
La mayoría de estos creadores han salido de la Escuela Universitaria de Diseño (ESNE) y sus estudios han encontrado acomodo o impulso en el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) de Llanera. Muchas se han asociado a la Unión de Videojuegos de Asturias (Uneva), la patronal del sector. Sigrid Chánobas, su presidenta, asegura que con la crisis se ha producido un "despertar de desarrolladores independientes" que han tenido éxito y revitalizado esta industria.
