Para garantizar la conservación de los valiosos fondos de su archivo, la catedral de Oviedo ha acometido en los últimos años la limpieza y restauración de varios de los documentos que custodia. El archivo incluso cuenta con una cámara de ahumado para prevenir su deterioro y la presencia de ácaros y otros organismos que puedan dañarlos. Asimismo, se han realizado ediciones facsimilares de los fondos de más antigüedad y valor, para prevenir posibles daños en la manipulación de estos volúmenes por aquellos que los consulten.
Dentro de esta estrategia, la Catedral va a acometer la digitalización de todo su archivo de música. "Estamos con el proyecto bastante avanzado, en la fase de pedir presupuestos", revela Agustín Hevia. La tarea es monumental: en el archivo de música se custodian más de 10.000 hojas entre partituras y otros documentos vinculados a los diferentes músicos que han pasado por la catedral de Oviedo a lo largo de los siglos.
La profundidad de esos fondos es abrumadora. Según explica Hevia, se conservan incluso las pruebas de oposición de los distintos maestros de capilla de la Catedral. "De lo que eran los ejercicios prácticos, en las pruebas de selección, se conserva mucho", relata Hevia, quien aclara que a los opositores se les solía pedir que trabajasen sobre una partitura durante los exámenes, por lo general adaptando una melodía previa. "Después, el maestro elegido hacía composiciones ex profeso, que también se conservan", añade Hevia. Una documentación vital para los investigadores, que pronto estará aún más accesible gracias a las nuevas tecnologías.
