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El samurái está listo para el gran combate

"Nioh" es un juego extraordinario ambientado en el Japón feudal que hace de la dificultad un arma de triple filo con un sistema de combate adictivo

El samurái está listo para el gran combate

Bienvenidos al Japón de los tiempos feudales. Siglo XVI. Fascinante. Muy peligroso. Altamente inspirador para las desaforadas reglas de un videojuego como Nioh, acción samurái desarrollada por una renacida Team Ninja que está arrasando en el mercado occidental: más de un millón de juegos vendidos desde que se lanzó en febrero. La editora ha anunciado que el título ha conseguido superar el millón de juegos distribuidos fuera de Japón desde su lanzamiento en febrero. Y la razón es sencilla: el perfecto sistema de combate proporciona un entretenimiento adrenalítico dentro de una ambientación extraordinaria y un detallismo que en muchos momentos resulta abrumador. No basta con avanzar y pelear con los enemigos que salgan al paso: hay que preparase a fondo, conseguir las mejores y más perfeccionadas armas con distintos filos, dominar habilidades corporales (hasta tres estilos de postura) que nos permitan todo tipo de movimientos defensivos y atacantes cuando la ocasión lo exige. Y habrá muchas ocasiones y muchos rivales que nos pondrán las cosas muy difíciles. Casi, casi imposibles cuando enfrente tengamos a unos jefes que se las saben todas. Porque no son unos combatientes normales precisamente...

Nioh (si quieres quedar bien puedes decir que pertenece al combativo género de "hack'n slash", o sea, "corta y raja") tiene en la citada dificultad una de sus bazas principales. Estamos hablando de un título destinado a jugones que adoran la saga Souls, espíritus guerreros que buscan emociones fuertes, que les pongan en aprietos y les obliguen a mejorar para seguir adelante. ¿Qué significa esto? Que Nioh, perfectamente desarrollado para que su protagonista no sea un simple peleón que va de un combate a otro y presente una adecuada evolución de menos a más, ofrezca una cantidad notable de horas para jugar.

El protagonista se llama William y es un pirata que se escapa de una prisión de Londres y, por vías sobrenaturales, termina metido en el Japón del período Azuchi-Momoyama. Y esa mezcla de historia verdadera (el juego invita a informarse más y mejor de aquella época para disfrutar de sus abundantes referencias) y elementos mágicos le da al videojuego una personalidad inconfundible, de sombría belleza y escenarios ante los que quitarse el sombrero, tanto en plena Naturaleza como en construcciones orientales espectaculares. Decididamente irresistible en las misiones principales y algo más convencional en las secundarias, Nioh garantiza no menos de 50 horas de divertido sufrimiento: habrá muchos momentos en los que apetezca tirar los mandos y rendirse ante lo que nos parece una misión imposible. No lo es. Y, además, los samuráis lo tienen prohibido: así que vuelve a cogerlos, equípate bien, estira los dedos y pon los cinco sentidos (o los seis, si se tercia) a toda máquina para plantar cara a esos malditos demonios. Los vas a necesitar...

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