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Un encuentro de aficionados para desearse buena suerte liguera

Por primera vez desde hace catorce años, el Oviedo y el Sporting se volverán a encontrar en el terreno de juego y, con motivo del derbi que se avecina en la Liga que empieza el próximo fin de semana, LA NUEVA ESPAÑA ha reunido a una pareja de aficionados de cada equipo para hablar de su pasión futbolera e ilustrar estas páginas.

El encuentro se produce en Prendes, Carreño, en la residencia de los rojiblancos. María Jesús Morán y Vicente Príncipe se cuentan entre los más fieles seguidores del Sporting. Siempre que pueden van a Mareo, a seguir los entrenamientos, acuden a los partidos en casa y viajan siguiendo al equipo por toda España. Los aficionados azules, Dioni Felgueroso y Rosa Brañes, llegan a la casa de los rojiblancos enfundados en sus camisetas oficiales y con las bandera de rigor del equipo ovetense. Les recibe el perro de la familia sportinguista con ladridos, a lo que Felgueroso bromea: "Aquí no somos bien recibidos". Pero nada más allá de la realidad. La pareja comparte la afición por el Oviedo. "Somos seguidores del equipo azul sin importar la categoría en la que se encuentren", sentencia Dioni Felgueroso.

Las dos parejas se saludan cordialmente y bromean ante la proximidad del primer derbi asturiano. La del equipo carbayón confiesa que aún está reticente a asistir al partido entre los dos equipos asturianos por el temor a que haya conflicto entre los radicales. La hija de los aficionados sportinguistas, Susana Príncipe, también presente en la reunión, lleva los colores desde su nacimiento, cuando sus padres la inscribieron como socia. Asegura que se trata de "una tradición familiar". Y es que su madre, María Jesús Morán, lleva 49 años abonada al equipo gijonés, mientras que su marido es socio desde hace "unos cuarenta y pico. Son tantos que ya ni me acuerdo", dice. Felgueroso comenta que a él la afición oviedista no sabe de dónde le viene, ya que su padre era un fiel seguidor del Sporting, pero "todos sus hijos salimos del Oviedo".

Las dos parejas brindaron con unos culetes de sidra, se desearon suerte para la temporada que está a punto de comenzar y expresaron su anhelo de "que no se jueguen un ascenso el uno contra el otro".

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