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Mujeres

Una de cal y otra de arena

Más ejecutivas en las empresas, minoría femenina en los centros de poder cultural

Vista general del exterior del Museo del Prado EFE

Esta semana se publicaron las conclusiones del Monitor Board Europe 2020, un estudio realizado por Heidrick & Struggles, que es una firma estadounidense que desde hace casi 70 años se dedica a proporcionar altos ejecutivos a las corporaciones y compañías más importantes del mundo. Anualmente, la empresa, líder ella misma en liderazgo, lanza una mirada panorámica sobre las altas cumbres del poder y redacta un informe, con su diagnóstico sobre las relaciones y los equilibrios, o desequilibrios, en ese mercado. El año pasado, según los datos de Heidrick & Struggles y por primera vez en la historia, accedieron a los consejos de administración de las compañías europeas que cotizan en Bolsa casi tantas mujeres como hombres: un 49 por ciento, frente a un 51 por ciento de varones. El ascenso femenino hacia los puestos de mando es más significativo aún en algunos países. En Irlanda, el 60 por ciento de las incorporaciones a los consejos de administración durante 2019, según ese informe, correspondieron a mujeres; en Holanda fueron el 58 por ciento; en el Reino Unido el 51 por ciento, y en Francia, el 50 por ciento. En España el porcentaje fue del 48 por ciento. Los redactores del Monitor Board Europe 2020 destacan, con aliento optimista, que “las mujeres siguen logrando avances significativos entre los directores recién agregados, en comparación con años anteriores”. Parece ser que no hay diferencias en las competencias y en el desempeño de mujeres y hombres en las altas esferas. Las desigualdades de hace años, ya fuera por el acceso a la formación, por los problemas de conciliación o por los prejuicios machistas, se han disuelto a medida que avanzan las generaciones más jóvenes. Unos días después, en España, el Observatorio de Igualdad de Género en el ámbito de la Cultura presentaba un avance de su informe sobre la aplicación de la ley de Igualdad en los ámbitos que competen al Ministerio de Cultura.

Empleados y directivos del Prado, bajo la lona colgada en la fachada con motivo del Día Internacional de la Mujer. Museo Nacional del Prado

Al contrario que en el caso anterior, el panorama se presenta poco halagüeño. “El ámbito de poder más inexpugnable para las mujeres es, sin duda, el poder cultural. El poder de legitimación artística es abrumadoramente masculino”, advierten crudamente los autores del estudio. Sobre la ocupación de los puestos directivos en los centros con producción o con programación cultural vinculados al Ministerio, dicen que la distribución global por sexos es de un 77 por ciento de hombres, frente a un 22 por ciento de mujeres. Sin tener en cuenta los cargos gerenciales y administrativos y solo atendiendo a las direcciones artísticas, la situación es mucho peor. Ahí la desigualdad entre géneros aumenta, y el reparto es del 82 por ciento y el 18 por ciento, a favor de los varones. En el Museo del Prado y en el Thyssen-Bornemisza, los grandes referentes museísticos nacionales, todas las direcciones artísticas están ocupadas por hombres; en el Museo Reina Sofía, el 81 por ciento están en manos masculinas. Las artes escénicas y la música tampoco dan pie a muchas ilusiones sobre el ascenso de las mujeres, al contrario. El Observatorio de Igualdad de Género en el ámbito de la Cultura afirma que en esas áreas “la subrepresentación” de las mujeres en tareas de dirección artística es aún mayor. En el teatro, la danza, la música y la lírica las mujeres en puestos de alta responsabilidad no pasan del 18 por ciento.

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