Mini, la marca inglesa propiedad del grupo BMW, articula su familia de modelos sobre el icónico Mini, que cuenta con varios tipos de carrocería, tres y cinco puertas, Cabrio, Clubman y Countryman y versiones de elevada potencia (JCW). El Mini cinco puertas, renovado el año pasado, es más largo, más ancho y más alto que su hermano de tres puertas, estirando su carrocería hasta los 4 metros y superando a este en 16 cm. Este estirón se traduce directamente en unas plazas traseras más holgadas y un maletero que supera en 67 litros al Mini tres puertas, llegando hasta los 278.

También aumenta el equipamiento de serie con un sistema multimedia con pantalla táctil a color de 6,5 pulgadas en la consola central, faros LED, volante multifunción y las funciones Mini Connected.

Además, se ha ampliado la lista de equipamientos opcionales con nuevas posibilidades de personalización tanto exterior como interior, con nuevas pinturas de carrocería, nuevos diseños de llantas y una gran selección de tapicerías y superficies interiores, pudiendo convertir cada coche en una pieza única de diseño individualizado.

Los motores, de origen BMW, se ofrecen con opciones de tres o cuatro cilindros y una elevada eficiencia. En cuanto a gasolina, la gama arranca con el Mini One de 102 CV y 4,8 l/100 km, seguido del Mini Cooper con 136 CV (ambos tricilíndricos) y el tope de gama Mini Cooper S, de cuatro cilindros y 192 CV. La gama diésel se reparte igualmente en tres peldaños de potencia, los dos primeros tricilíndricos One D y Cooper D ofrecen 95 (3,4 l/100 km) y 116 CV de potencia, respectivamente. Ya por encima, el Cooper SD equipa un motor de cuatro cilindros y 170 CV.