El Entrego, M. Á. G.

Han pasado seis meses desde que una explosión de grisú sembrara la alarma en un bloque de viviendas en el barrio de San Vicente, en El Entrego, y el gas sigue brotando de los bajos del inmueble. Se trata de emanaciones bajas, de entre un 0,10 y un 0,20 por ciento (para que haya una explosión las concentraciones de grisú deben oscilar entre el 5 y 14 por ciento en el aire), pero que han llevado a los técnicos a sugerir que se construya una canalización hasta la parte alta del edificio, similar a una chimenea, con el objeto de que el grisú no se acumule de nuevo. El suceso, que no provocó heridos, sí destrozó varias viviendas y obligó a desalojar a media docena de familias.

El alcalde en funciones de San Martín del Rey Aurelio, César Núñez, indicó que deben ser los vecinos los sufraguen la obra «aunque podrían contar con subvenciones del Principado» y con la colaboración del propio Ayuntamiento en la tramitación de estas ayudas. «El equipo de técnicos municipales y regionales, con el asesoramiento de Hunosa, ha elaborado un informe con las sugerencias de lo que debe hacerse. Ahora son los vecinos los que han de tomar una decisión», apuntó.

El informe descarta, como se planteaba en un principio, el sellado hermético de los bajos, ya que el coste es muy elevado y no se garantiza plenamente que no haya acumulaciones de grisú. En cambio, los técnicos plantean rellenar los sótanos del edificio, unos espacios concebidos originariamente como cámaras de aislamiento para separar las viviendas del terreno. El informe también propone habilitar orificios laterales en los bajos para mejorar la ventilación y construir una canalización vertical para llevar el grisú a la atmósfera.

Por otro lado, las familias desalojadas se encuentran mayoritariamente viviendo con familiares. «Desde el Ayuntamiento se pusieron a su disposición viviendas de emergencia de Vipasa, pero optaron por quedarse con familiares por las noticias que tenemos», explicó César Núñez. Por el momento se desconocen plazos de realojo.