Ganador del concurso de tonada de San Martín

Langreo, E. PELÁEZ

Héctor Braga (La Felguera, 1980) se alzó con el premio en categoría masculina en la última edición del certamen de tonada de San Martín. Titulado superior de violonchelo y etnomusicología por los conservatorios superiores de Oviedo y Salamanca, respectivamente, ha publicado recientemente su tercer trabajo discográfico en solitario, que lleva por título «Caminos del mundu».

-¿Qué supone ganar el premio de este certamen tras dos años en otras posiciones del podio?

-La consecución de una labor larga y sistemática de estudio, ensayo y perfeccionamiento continuo, en mi propia casa y con mi maestro Alfredo Canga, al que debo todo lo que sé de asturianada. Es cierto que en este concurso ya fui tercero y subcampeón en 2009, detrás del gran Jorge Tuya, pero el campeonato se me resistió hasta este año. Ganar en la cuenca es toda una responsabilidad. Aquí siempre hubo grandísimos cantantes. Es un gran final de temporada para mí ya que tras este y el concurso de Oviedo no tengo previsto ir a ningún otro hasta después del verano.

-Esta XIV edición tiene a dos jóvenes en el palmarés, Marisa Valle Roso y usted. ¿Hay cantera en la tonada?

-Hay cantera, especialmente aquí en la cuenca, donde tenemos al maestro Alfredo Canga que es una persona con unos conocimientos enormes, y a otros docentes como Carlos Ronderos, Diagmina Noval y tantos otros. Lo que necesita el género para tener más futuro, aparte de nuevos cantores, son más espacios de ejecución. Para garantizar futuro al género deben hacerse algo más que los famosos concursos.

-¿Qué propone?

-Por ejemplo seminarios musicales, charlas, jornadas, clases magistrales, cursos de técnica vocal, conciertos combinatorios... Ya está todo inventado, créeme. No sería tan difícil con un poco de interés y medios suficientes.

-Recientemente, ganó también el premio de la crítica RPA al mejor disco folk de 2010 por «Caminos del Mundu». ¿Qué le ha supuesto?

-Es un premio al disco folk de un cantante de asturianada. A eso me refiero con darle nuevos espacios al género. Es lo que yo intento, y siempre es una alegría obtener algún reconocimiento por el camino.

-Afirma que pretende ofrecer también un repertorio eléctrico cercano al rock. ¿Evoluciona hacia un nuevo formato?

-Es más bien incorporar cosas nuevas. En solitario soy el mismo de siempre. Simplemente añado nuevos sonidos, nuevas propuestas a la música asturiana que yo mismo interpreto, pero sin renunciar nunca a la raíz y la esencia. Es un compromiso coger la música, y llevarla más allá de donde otros te la dejaron a ti. Así funciona el arte en general. Este próximo 7 de mayo presento mi último disco en La Felguera, en el festival Tolo d'Asturies. Ahí podrá verse la punta del iceberg de la verdadera renovación que quiero imprimirle a la asturianada. Podemos presentarnos en Nueva York con lo que mi banda y yo hacemos ahora. Las ventas de mis discos así lo demuestran.

-¿Existe suficiente interés por parte de los músicos asturianos por la tonada?

-Creo que no. Los músicos en general son reacios a la estética habitual del cantante típico de concurso, que es más atleta que cantante. El hecho de que yo sea músico de carrera todavía provoca que cierta gente del gremio me siga viendo como un intruso. Sin embargo, es lógico que cualquier músico asturiano acceda a su propio legado cultural. Eso debería ser la norma, no la excepción. No se pueden poner puertas al campo. Además, los músicos históricamente le han hecho mucho bien a la música tradicional asturiana como Torner, Baldomero Fernández... La asturianada no tiene secretos en cuanto a lo bueno que hay en ella. Con mi maestro Alfredo Canga he estudiado profundamente a grandes cantores como Vicente Miranda, Xuacu de Sama o Juanín de Mieres, que dejaron grandes temas, grandes bases sobre las que aún nadie ha creado nuevas cosas. De momento la mayoría del gremio sigue repitiendo lo que hubo, que fue excepcional, sin duda. Pero no deberíamos quedarnos ahí.

-¿Qué se tendría que hacer?

-Hay que reproducir lo inmejorable, mejorar lo que pueda mejorarse, y ser capaz de realizar nuevas creaciones melódicas y literarias, preocuparse por aprender técnica vocal... Eso debería hacer todo cantante.

-El público responde siempre en los concursos que se celebran por la geografía asturiana. ¿Necesitan más apoyo de las administraciones?

-Todo apoyo siempre es bueno y necesario si se realiza correctamente. Sin embargo, la organización de esos concursos es actualmente tan irregular, que yo no me atrevería a pedir dinero para todos ellos.

-¿Cuáles son sus proyectos de futuro?

-Tengo una agenda repleta de fechas para este verano. Al terminar, volveré al estudio con tres proyectos ya en marcha.

-¿Con cuál de las facetas de su amplia trayectoria se queda, con la investigación, la composición, los instrumentos o la voz?

-No me quedo con ninguna en particular. Se necesitan y se complementan entre sí. Debe ser el público quién establezca sus preferencias, aunque si es cierto que la gente parece reconocerme más como cantante.

-También se ha embarcado en diferentes colaboraciones.

-Eso siempre. Soy músico profesional. Lo mismo me ves un día con una banda de rock como Stormy Mondays de gira por España, que haciendo clásicos de los años 20 en un mercáu tradicional, que cantando asturianada en un concurso o tocando el chelo con una sinfónica. La música es mi medio de vida. Las colaboraciones siempre enriquecen porque conoces a otros músicos y aprendes de ellos. Vives la vida y transmites en tus canciones tus experiencias y tus sentimientos.