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La nueva realidad

No es salud o empleo, sino cómo tener empleo con salud

Están enzarzados los partidos en acusar al otro de promover fake news (o sea, falsedades) en los medios de comunicación, a través de las televisiones, prensa y también mediante las redes sociales electrónicas, la reciente novedad; tal era habitual propaganda negativa del enemigo.

Un caso mezquino ha sido el de inventarse otra amante a Pablo Iglesias, como hace años canallas se inventaron que Albert Rivera era cocainómano. El caso más claro y burdo es el de culpar del coronavirus a la sanidad de Madrid porque los recortes la dejaron machacada, cuando es realmente al revés. A ello ha contribuido que en la época de Esperanza Aguirre (2003-2015) se construyeron en la Comunidad doce hospitales nuevos, con 85 años de edad media al morir -por los 81 de Andalucía-, siendo la región europea con mayor esperanza de vida. Esperemos que pueda haber una resistencia a la mentira, al margen de las siglas, y la nueva realidad de los medios de comunicación no sea un concurso de subsidios, panfletos y falacias.

En cuanto a las próximas etapas o rebrotes, aún tenemos poca perspectiva para valorar la incidencia cuantitativa real del coronavirus. No es lo mismo que se hayan contagiado 400.000 que dos millones, y para 40.000 muertos la mortalidad sea del 10% o del 2%, en cualquier caso más que una gripe normal. Puede que haya vacuna pronto (o no tan pronto), o que el virus mute y la vacuna del año anterior sea menos eficaz para el siguiente, ni permitirnos pues parar casi toda la economía largo tiempo a cada brote. Mejor prevenir que curar.

No se puede elegir entre salud o trabajo, tiene que ser empleo con salud, pues si no a un mal grave le añadimos otro, y son dos males graves. Otro tanto sucede con las fábricas y la contaminación, no se trata de elegir entre industria y medio ambiente, cuanto de encauzar un crecimiento económico sostenible. La desindustrialización exprés mata los empleos. E interesante saber el foco accidental del coronavirus de murciélago, si fue un mercado sucio o un laboratorio de virología.

En el caso de Gijón tenemos una noticia en positivo, las terrazas hosteleras podrán doblar su superficie para evitar pérdidas mientras dure "la nueva realidad", provisional o no, es decir la necesidad de mayor distanciamiento personal sobre todo mientras no haya vacuna de coronavirus.

En unos casos será posible y en otros no según los espacios disponibles. Más importante que haya dos en una mesa de cuatro (luego en casa comen juntos), es que las mesas estén separadas un metro y medio. Por ahí deben ir los tiros, en la línea de facilitar la actividad. En el ámbito educativo probable los alumnos deberán sentarse en filas separadas en vez de dos en dos. Al final la mejor política social es una política económica eficaz para crear empleo, que financiará las infraestructuras, sanidad, educación, pensiones y demás. Tendremos que acostumbrarnos a toser en el codo, cubrir con cristal las tapas en las barras de los bares, no estar como sardinas en lata en los espectáculos, o que los enfermos de gripe o virus salgan con mascarilla.

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