"Aquí no podéis estar consumiendo alcohol así que, si sois tan amables, despejad la zona". De esta forma tan educada combaten el botellón en las noches de San Mateo los integrantes del operativo especial de la Policía Local para las noches más concurridas de los festejos ovetenses. Al cierre de esta edición y a falta de completar (anoche) la última gran velada de los festejos, el despliegue extraordinario está pasando con nota el desafío de poner coto al consumo masivo de alcohol en las plazas del antiguo. Cada noche, hacia las 23 horas, comienza un despliegue de medidas preventivas con agentes a pie, que preparan el terreno a los compañeros que llevan las patrullas. En una de ellas pasó las primeras horas de la noche LA NUEVA ESPAÑA para comprobar de primera mano su trabajo.
En total, son 80 los agentes desplegados para las jornadas más movidas de las fiestas. El despliegue supone cuatro veces más que durante los servicios ordinarios, cuando son apenas una veintena los policías disponibles. Su labor comprende, en gran medida, desde las 23 horas hasta las cinco de la mañana. A partir de entonces, los efectivos se reducen a unos 30 aproximadamente, salvo excepciones. "Cuando llega esa hora si vemos que el ambiente está caldeado algunos agentes amplían su jornada de manera voluntaria para garantizar un buen servicio", explican fuentes de Seguridad Ciudadana.
El principal objetivo del despliegue es controlar el consumo masivo de alcohol en las calles. Ante esta práctica ya popularizada con el nombre de "botellón" y convertida en fenómeno social, el cuerpo municipal pone en marcha un operativo en el antiguo que hace especial incidencia en "puntos calientes" como son la plaza del Sol, Trascorrales o la propia plaza del Ayuntamiento, reforzados desde la una de la madrugada por los agentes encargados de vigilar los conciertos de la Losa.
Cuando dan las once, el plan comienza a desplegarse en todo su esplendor. Las calles de acceso al Antiguo son cortadas, bien con bolardos, con vallas "atraparruedas" o con la colocación de algunos de los 30 vehículos movilizados por el cuerpo, de los que media docena son de incógnito para entrar en algunas calles sin generar revuelo entre los infractores.
La presencia de parejas de policías a pie en las plazas surte cada vez más efecto. "A primera hora de la noche, la gente está más receptiva y conseguimos disolver desde el principio los botellones masivos", subraya el subinspector Fernández, puntualizando que, en caso de que alguien se resista a obedecer las indicaciones de abandonar los espacios públicos, se expone a la apertura de un expediente sancionador.
La disposición de policías en cada uno de los accesos al Antiguo permite tener una capacidad de reacción rapidísima. "Al final, entre agente y agente hay muy poca distancia y tanto las intervenciones como las ayudas se realizan en escasos minutos", apuntan.
Sin embargo, la labor policial va más allá de poner coto al botellón mediante la simple presencia policial. "Nos acaban de avisar de una reyerta en la plaza Feijoo", comunica un policía a las dos de la madrugada para apenas dos minutos después dar por resuelta la incidencia. "Al parecer era un hombre ya entrado en años que iba un poco perjudicado, se puso agresivo, pero lo están atendiendo por una intoxicación etílica", concluyen con alivio los encargados de velar por la seguridad en las noches de San Mateo en estrecha colaboración con la Policía Nacional. "Para estas noches, la Nacional tiene una emisora nuestra y nosotros una de ellos para estar al tanto de los avisos que nos van dando", explica Fernández.
A lo largo de la madrugada del viernes al sábado se sucedieron pequeñas reyertas y algunas atenciones por intoxicación etílica, si bien la valoración del Ayuntamiento fue positiva. "Por suerte no hubo grandes incidentes", apuntó el edil de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado.
