La Fundación Oso Pardo (FOP) y el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) han acercado posturas respecto a la celebración de la prueba «Ultra Trail Desafío Oso Somiedo», que tiene lugar este fin de semana por los terrenos del parque natural de Somiedo. En concreto, ambas organizaciones han llegado a concordar el establecimiento de un diálogo con los organizadores de la prueba para valorar la posibilidad de algunas modificaciones que puedan minimizar el impacto, reconociendo en todo caso la dificultad de introducir cualquier cambio a unos pocos días de la realización.

Esto es lo que salió de una reunión mantenida ayer en la Consejería de Agroganadería. Esta reunión fue pedida ya en el mes de febrero, pero los acontecimientos se han acelerado en los últimos días debido al enfrentamiento, público, entre Roberto Hartasánchez y Guillermo Palomero, líderes, respectivamente, de FAPAS y FOP.

Mientras el FAPAS considera que la prueba supone un riesgo considerable, y un impacto notable, sobre la importante población osera de la zona, el FOP entiende que la carrera tiene un impacto muy limitado y, por lo tanto, aprueba la celebración de la misma.

Debido a esta divergencia de opiniones, ambos presidentes ecologistas se cruzaron graves acusaciones en las que pusieron en tela de juicio el trabajo y las intenciones finales el uno del otro. Ese pequeño acercamiento, no obstante, no despeja la falta de consenso en la calificación de la prueba.

El FOP trasladó, en primer lugar, su malestar por la realización de la reunión cuatro días antes de la prueba, a pesar de que la solicitud de permiso se realizó en febrero de 2013 y el informe elaborado por la propia Consejería (concretamente, por la Dirección General de Recursos Naturales) tiene fecha de 26 de marzo.

En dicho informe, favorable a la realización de la prueba y firmado por la Directora General de Recursos Naturales y la Directora del Parque Natural, se concluye que la prueba no debe estar sometida a autorización administrativa y que cumple adecuadamente con el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Natural. El PRUG está considerado un documento muy sólido y contrastado y que tiene muy en cuenta la situación del oso pardo. En relación con la repercusión a espacios y especies de la Red Natura 2000, el informe concluye que la prueba no afecta de manera significativa a ningún hábitat o taxón de interés comunitario, por lo que no causará perjuicio a la integridad del lugar.

El FAPAS, sin embargo, puso sobre la mesa que, según ellos, la prueba no tiene permisos. Hartasánchez explicó: «Nos ha sorprendido infinitamente que la jefatura de servicios de recursos naturales y el jefe de sección de biodiversidad no dispusieran de información de la prueba. Queda claro que la prueba tiene un impacto, nosotros creemos que grande, otros que pequeño, pero coincidimos en que lo tiene».