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Los expertos piden a los empresarios que se amolden a las demandas del peregrino

Adaptarse a los horarios y al idioma de los extranjeros, entre los consejos ofrecidos por los especialistas ayer en Navia

Mari Rico, durante su intervención ayer en Navia. G. GARCÍA

"El trato con el peregrino debe ser diferente al del turista; se necesita una dosis extra de empatía". Así lo asegura Mari Rico, que, desde su cargo de presidenta de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Valdés, trata con estos visitantes a diario. "Es fundamental que se vayan de aquí contentos", señaló ayer Rico en un encuentro con empresarios del sector turístico, de hostelería y del taxi. Durante la cita, en Navia, expertos en promoción turística aportaron consejos sobre cómo ofrecer el mejor trato posible a estos caminantes para que, al regreso a su hogar, les queden ganas de regresar de nuevo como turistas.

La cita, impulsada por Caja Rural y la plataforma de promoción "Where is Asturias?" captó pronto la atención del público. Para comenzar, se ofrecieron algunas cifras que reflejan el impacto económico del Camino. Por el de la Costa pasa un 6 por ciento del total de los que llegan a Santiago, y por Asturias, en global, unas 43.000 personas a lo largo del año. Se calcula que aquellos que paran en albergues tienen un gasto medio de unos 35 euros al día, mientras que si lo hacen en hotel ese gasto asciende a 90 euros. Todo ello supone una cifra total de 47 millones de euros cada año.

Además de los albergues, son otros muchos los negocios que se pueden beneficiar del paso de peregrinos. El gasto en farmacias supone unos 150 euros por persona, "y también adquieren calzado, regalos y otros productos", apunta Valeria Álvarez, experta en promoción, que subraya, sobre todo, que "los peregrinos de hoy son, a medio plazo, los mejores prescriptores y turistas", por lo que la imagen que se deben llevar de las comarcas por las que pisen debe ser lo más positiva posible. "Los empresarios sois, al fin y al cabo, los que más trato tenéis con ellos; tenéis la responsabilidad de la imagen que los peregrinos se van a llevar de Asturias", apostilla la también especialista Begoña Panea.

Entre los consejos que se ofrecieron a los establecimientos y comercios se encuentra la señalización como "amigos del peregrino" y la indicación de los precios, así como tener la cartelería en inglés y francés, adaptarse a los horarios y costumbres de los visitantes extranjeros, facilitar en todo lo posible las compras y controlar los precios. "El peregrino hace un estudio de mercado continuo, y sabe en todo momento si un precio es demasiado alto", enfatiza Panea, que también considera elemental facilitar toda la información posible y compartir los valores del Camino: "Debe ser la experiencia que el peregrino espera que sea", remata.

Si el que hace la ruta jacobea se va con una sonrisa lo publicará en redes sociales, blogs y a través del boca a boca, lo que supone una publicidad impagable para la zona. Entre las peticiones de los ponentes, aumentar el número de albergues públicos, que son los que "fijan la ruta y marcan las etapas".

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