La denominada peste del pino, la enfermedad causada por hongos que afecta a esta especie de arbolado, sigue su avance por la región. Fue diagnosticada por primera vez en septiembre de 2018 en los concejos de Castropol, Taramundi y Vegadeo, y ahora, tras los análisis efectuados por el Principado, se ha confirmado la presencia del hongo de la banda marrón en diecisiete de los setenta y ocho concejos de Asturias. No obstante, hay voces que apuntan a que la cifra real es superior y que el hongo está prácticamente por toda la región.
Según los datos que maneja la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, en la comarca occidental hay un total de nueve concejos afectados. Además de los tres iniciales, se ha detectado en Boal, Valdés, El Franco, Tapia y Coaña, además de en tres parcelas al norte de Tineo. La administración indica que no hay masas afectadas en las comarcas forestales de Cangas del Narcea (Cangas, Degaña e Ibias), Belmonte (Salas, Belmonte y Somiedo), Grandas de Salime (Allande, Grandas, Pesoz e Illano), Navia-Villayón, ni tampoco en los tres Oscos ni San Tirso de Abres.
El Principado indica que se han tomado 142 muestras en setenta y ocho municipios y ahora mismo la guardería trabaja en una segunda fase que consiste en "una evaluación en profundidad de las zonas en las que ha sido confirmada la presencia del hongo para determinar la superficie y el grado de afección".
En la zona donde primero se diagnosticó se está trabajando en la tala de las plantaciones afectadas, después de que se desbloqueara la concesión de permisos denunciada por los maderistas a finales de año. A este respecto, la administración negó el bloqueo en todo momento e indicó que la no respuesta a las solicitudes suponía la autorización por el denominado silencio administrativo positivo. "Ya llevamos unos tres meses trabajando a tope, aunque aún queda mucho por cortar", dice un maderista de la zona de Castropol. Confirma que no se ha producido una caída de precios, aunque la madera afectada por el hongo baja de peso y por tanto el propietario percibe menos que en condiciones normales. "El hongo es una ruina para la zona porque estamos cortando madera a la que aún le faltaban diez años de crecimiento", añade.
El asunto ahora es cuál debe ser la especie más idónea para sustituir estas plantaciones dañadas. Los buenos conocedores del monte de la comarca sugieren el cambio a pino pinaster, pues las masas de la zona no están sufriendo la afección que presenta el pino radiata. En este sentido, la administración indica que es posible la sustitución por pinaster.
Al respecto del avance del hongo, no se ha vivido el parón que se auguraba por la llegada del invierno. "No vino invierno como para pararlo, el tiempo no está ayudando", precisan los afectados. En este sentido, la Asociación de Propietarios Forestales de Asturias (Profoas) se muestra expectante ante la llegada de la primavera, pues será determinante en la proliferación del hongo. En todo caso, constata que la administración no ha puesto sobre la mesa ninguna medida para combatir esta enfermedad.
