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Grullas por la paz en Tineo

El colegio El Pascón se acerca a la historia de Sadako Sasaki: "Es un Día de la Paz especial, no solo es cantar"

Daniela de la Cera, Andrea López y Santiago Andrés Báez colocan sus respectivos ladrillos con mensajes en el muro de la paz. D. Á.

Unas doscientas grullas de papel colgadas del techo reciben cada mañana de los últimos días a los alumnos del colegio público El Pascón de Tineo. Con motivo de la celebración del Día de la Paz, que en los centros educativos se conmemora cada 30 de enero, el colegio tinetense decidió trasladar a sus estudiantes la importancia de la paz adentrándoles en una triste historia real sobre los efectos que tienen las guerras.

Se trata de la historia de la niña japonesa Sadako Sasaki, que logró sobrevivir a la bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima en 1945, cuando ella tenía 2 años, pero a la que diez años más tarde, como consecuencia de la radiación, le diagnosticaron una leucemia que no pudo superar. Su deseo por aferrarse a la vida le hizo intentar cumplir la leyenda japonesa que afirma que si haces mil grullas de papel puedes conseguir que tu mayor deseo se haga realidad. Logró hacer 644 antes de morir.

"La historia les impresionó mucho, están acostumbrados a que todo tenga un final feliz y, en este caso, no fue así; es muy triste, pero es una forma de concienciarlos de que las cosas se resuelven de otra manera, no con la guerra, y de que vean sus consecuencias reales", explica la directora del centro, Pilar Rodríguez Lanas.

Para los alumnos fue un Día de la Paz distinto y muy emotivo. "Es un Día de la Paz especial, no solo es salir a cantar, con esta historia entendemos mejor lo que significa la paz", asegura Alberto Rodríguez. Su compañera Jimena Suárez añade que lo que le sucedió a Sadako Sasaki le pareció "muy impactante, intentó hacer mil grullas y para ello se esforzó mucho".

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro también se implicó y una decena de sus integrantes se encargaron de realizar más de 200 grullas, unas figuras que, una vez que se retiren del centro, se entregarán como regalo a sus estudiantes, ya que no solo son un símbolo de paz, sino que en Japón constituyen un regalo tradicional.

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