La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un estudio histórico analiza la sociedad tradicional en el Cuarto de los Valles de Tineo

"No somos conscientes del cambio social en los últimos cuarenta años", indica uno de los autores

Altar mayor de la iglesia de Zardaín, en Tineo. D. Á.

El Cuarto de los Valles de Tineo está siendo el protagonista de un estudio histórico antropológico sobre la sociedad tradicional de autosuficiencia. El empresario e investigador histórico Héctor Rodríguez y el profesor Manuel Fernández son los encargados de estudiar las tradiciones "de una sociedad que está muerta", consideran, pero que creen que es necesario comprender para entender mejor el presente.

Héctor Rodríguez señala el fin de esa sociedad tradicional hace unos 40 años, cuando la mecanización llegó al campo. "En los pueblos la estructura social era medieval hasta hace unos 40 o 50 años, cuando empieza a llegar la maquinaria", cuenta. Por aquel entonces el territorio era fundamental para alimentarse, en una economía que era autosuficiente. Apenas había comercio.

"La historia entonces era rural, no somos conscientes del cambio que vivió esta sociedad en los últimos 40 años, con el desarrollismo de los años 1960 y 1970 se pasó de nacer en casa a hacerlo en Oviedo, llegó la maquinaria y la economía de autosuficiencia se transformó en empresas que tienen que buscar el rendimiento económico", explica Rodríguez, que señala que "si hoy no comprendemos eso, no entendemos nada".

Rodríguez detalla que la columna que vertebra la historia de todos los pueblos se basa en el esquema de la sociedad prerromana, la llegada de los romanos, después una época oscura de la que asegura que sabe muy poco, la hegemonía de los monasterios y el posterior poder que adquieren las familias nobles.

"La explotación del oro es uno de los hitos históricos fundamentales para entender esta zona y es fundamental la época de los monasterios, ya que el de Corias, el de Obona y el de Bárcena del Monasterio tuvieron mucha vigencia para estos pueblos, hasta que a partir de los siglos XIII y XIV las familias nobles toman el relevo del poder de los monasterios", relata Rodríguez.

Con la llegada de la revolución industrial, el mundo rural comienza a perder peso e interés. "Los nobles abandonan los pueblos y se trasladan a las ciudades porque su patrimonio iba a producir más, se despreocupan de sus territorios que gestionaban unos delegados, hasta que el desinterés les lleva a vender sus propiedades, lo que conduce al mundo que conocemos hoy en día", añade.

Toponimia, restos arqueológicos y patrimonio, que muchas veces pasan desapercibidos en los pueblos, desvelan un pasado que los investigadores quieren plasmar en su estudio, y lo hacen en un momento en el que la generación que atesora el saber de la tradición oral y la vivencia de esa sociedad tradicional tiene una edad avanzada.

"Lo que más pistas nos da es la toponimia. Un cutrullo, es un túmulo funerario de los neolíticos, y cotariello, es un nombre que te encuentras en fincas de muchos pueblos, viene de esa palabra lo que nos dice que está relacionado", ejemplifica. Las iglesias también son pedazos de historia. En su pueblo, Zardaín, refleja el poder de las familias nobles. En concreto, la familia Castrillón era allí la más significativa y en la iglesia, de la que eran patronos, se puede ver el retablo de 1775 donde aparece su apellido, así como en un San Antonio de 1768, que formaba parte de una capilla de los Castrillón, que actualmente no existe.

Compartir el artículo

stats