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Investigadores de la Universidad proponen una red de estaciones sísmicas en el Occidente

Junto con Galicia, esta zona de Asturias está considerada como la tercera del país con mayor actividad de terremotos

Un geólogo trabaja en una estación sísmica. | Universidad de Oviedo

Un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo aboga por instalar en el Occidente asturiano una red de estaciones sísmicas para predecir los terremotos en esta parte de Asturias y la limítrofe gallega, considerada la tercera zona con mayor posibilidad de sacudidas de la España peninsular.

En Asturias es el extremo occidental, especialmente el suroccidental, el que registró más número de terremotos a lo largo de la historia. Algo en lo que también destaca el litoral occidental asturiano, “que con Lugo es donde más terremotos se registran en todo el Cantábrico”, destaca uno de los investigadores, el geólogo luarqués y profesor de esta materia de la Universidad de Oviedo Carlos López.

Gabriela Fernández, Sergio Llana, Jorge Acevedo y el mismo Carlos López plantearon hace tan solo unas semanas a la Xunta de Galicia la necesidad “científica” de poner en marcha una red sísmica en esta comunidad, donde hay poca conciencia, señalan, de lo que puede pasar en caso de producirse un terremoto de magnitud, por ejemplo, cinco. “En consecuencia y dado que la sismicidad no conoce fronteras, consideramos que se debe monitorizar también con sismógrafos la actividad que se genera en el Occidente asturiano”, opina López. Estos equipos tendrían como principal misión registrar la actividad de menor magnitud, es decir, inferior a dos “y, sobre todo, nos permitirían definir con mayor precisión dónde se producen; ahora mismo estamos como popularmente se dice ‘a ciegas’ ante la falta de equipos de registro”, destaca el geólogo.

El equipo estima que ahora no se registran cuatro de cada diez terremotos que vive la comarca, aunque “la ocurrencia de movimientos de tierra es moderada”. “Nos estamos perdiendo demasiado de lo que pasa bajo nuestros pies”, alertan. Es por ello que “urge conocer mejor el sustrato sobre el que vivimos y hoy en día tenemos a nuestra disposición una avanzada tecnología”.

En España hay varias comunidades que ya disponen de sus propias redes, al margen del Instituto Geográfico Nacional. Se trata de Cataluña, País Vasco y Andalucía. En estos casos, las comunidades han dado un paso más para completar la “escasa” red que depende de un organismo nacional para tener más capacidad de predicción. El coste de los equipos no sería un problema “porque no se trata de una gran inversión”. De hecho, tienen un coste similar al de las estaciones meteorológicas.

Actualmente, el Instituto Geográfico Nacional (responsable de la Red Sísmica Nacional) tiene en Asturias una estación de registro cerca de Arriondas, detalla López, y situada, por tanto, a más de 160 kilómetros de la siguiente más cercana, en A Pontenova (Lugo). En Galicia hay seis y “este es un número es ridículo”, como ejemplo para la actividad que se puede predecir en la comunidad. “En Asturias tenemos 24 estaciones meteorológicas frente a una sísmica, está claro que miramos mucho al cielo y poco al suelo”, ironiza López.

En cuanto a la ubicación de las futuras estaciones de medición sísmica, el equipo detalla que se sabe que tendrían que estar a 50 kilómetros de distancia entre ellas, pero también indica que “sin conocimiento básico, no hay respuestas”. Y es por ello que urgen vía libre y una apuesta regional más importante para conocer qué pasa bajo tierra. Además, cada vez que se produce un movimiento, se genera alerta en la población. “Hay mucho desconocimiento y nos sorprende que en zonas con esta actividad no se sepa qué hacer en caso de una sacudida fuerte”, desvela el geólogo. El último terremoto de magnitud 4,2 con epicentro en el mar, registrado el pasado octubre, “hizo temblar el norte de Galicia y media Asturias”. “Entonces surgieron muchas preguntas; la respuesta es que no tenemos datos para saber qué ocurre a 30 o 40 kilómetros de nuestra costa porque no hay medios”, advierte López.

En este sentido, opina que disponer de nueva información sobre los terremotos que ocurren en nuestra comarca “es una necesidad acuciante” porque registrar más seísmos y en mejores condiciones “nos permitirá conocer mejor qué fallas son activas”. Desde 2013 entre Navia y Vegadeo es recomendable levantar construcciones con diseños sismorresistentes, avanza López, algo que está directamente relacionado con esta actividad sísmica conocida.

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