A primeros de agosto, el PP crea una plataforma abierta con la finalidad de acabar con el mal funcionamiento del Hospital de Jarrio, poniendo en marcha, al mismo tiempo, una recogida de firmas como instrumento de presión social para revertir los problemas que señalan: déficit de especialistas, recortes, precariedad laboral, sobrecarga de trabajo, desmotivación de las trabajadoras y trabajadores e incremento de las listas de espera.

Como residente en esta área sanitaria, le doy la bienvenida a cualquier iniciativa que, como ésta, pueda contribuir a mejorar la atención sanitaria que en ella se presta. Como miembro de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública del Noroccidente de Asturias, desearle más suerte que la que tuvimos nosotros, al no conseguir movilizar a la ciudadanía en aras de una mejora de la misma.

Sin menospreciar las buenas intenciones de las personas que la han puesto en marcha y sin dejar de reconocer que el diagnóstico es certero, yo no he firmado el manifiesto.

Trataré de explicar las razones y preguntas que me planteo:

1) No creo que el hospital se cierre ni se desmantele, otra cosa es que su organización y funcionamiento sean los adecuados o no para satisfacer las necesidades en salud de la población de la zona.

2) La sensibilidad de la población hacia un presunto desmantelamiento de una institución tan emblemática como es el Hospital de Jarrio es muy alta, lo que unido a la existencia de unas próximas elecciones te hace pensar que pueden existir intereses partidistas en la puesta en marcha de la nueva plataforma.

3) ¿Por qué no se unieron a trabajar con nosotros anteriormente? Dudo de que no supieran de nuestra existencia.

4) ¿La puesta en marcha de esta medida supone creer en la participación de las ciudadanas y ciudadanos y profesionales en la gestión de los servicios de salud? ¿Activará la puesta en marcha de los consejos de salud que no funcionan en la actualidad?

5) La política sanitaria del PP es claramente privatizadora. Desde el Gobierno central se puso en marcha por decreto (RDL 16/2012 de 20 de abril) la ruptura de la universalidad del sistema sanitario, se favorecía el aseguramiento fuera del mismo y se introdujo el copago en los medicamentos para los pensionistas. Galicia, Castilla y León, Madrid y antes Valencia y Castilla-La Mancha son ejemplos claros de esta política.

6) El aplicar políticas neoliberales no es defender la cosa pública.

A tenor de lo expuesto, necesito conocer su programa para salir de dudas y poder creer. Tampoco creo que las políticas aplicadas por el actual partido que nos gobierna sean las más adecuadas.